CICLO DE ENTREVISTAS CONICET

“Tenemos que tirar ciertas barreras abajo y generar vínculos entre la academia y el sector privado”

Del laboratorio a un producto farmacéutico, ¿cuál es el ciclo? Un biólogo analiza las implicancias del trabajo conjunto a la hora de desarrollar productos que lleguen al público


Federico Pelisch es investigador asistente de CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE, UBA-CONICET). Trabaja en el estudio de los mecanismos celulares que intervienen en la reparación del daño al ADN y previenen las mutaciones que eventualmente podrían desembocar en el desarrollo de una célula tumoral.

¿Cómo ves la relación entre ciencia básica y aplicada?

Mezclando un poco los dichos de Louis Pasteur con los de Aaron Ciechanover, que ciertamente reflejan el pensamiento de varios de nosotros, “no hay ciencia básica y aplicada, sólo hay buena y mala ciencia y una buena ciencia, al final, encontrará su camino hacia la aplicación… Sin ciencia básica, la fuente de agua de lo que llamamos ciencia aplicada se seca eventualmente”.

Cuando se trabaja en cáncer, ¿cómo identifican una potencial línea de investigación?

Es relativamente ‘fácil’ para un científico poder relacionar una línea de investigación con cáncer, porque el mismo mecanismo que funciona bien en una célula normal lo hace de manera aberrante en una célula de cáncer. Pero es básicamente el mismo mecanismo, como por ejemplo la división celular o la decisión que toma de dejar de dividirse o morir.

¿Cómo se traduce eso en investigación aplicada?

Con nuestro grupo hacemos ciencia básica y estudiamos los procesos que regulan la división celular. Uno puede encontrar el mecanismo básico, pero sabemos que no estamos ni cerca de desarrollar la cura para el cáncer. Sin embargo, está la opción de contactar un investigador clínico que esté trabajando con drogas en distintas fases de experimentación y que apunten a actuar sobre el mismo mecanismo celular que estamos estudiando.

¿Cómo se da esta interacción?

Ellos toman los datos de las investigaciones que hacemos en el laboratorio a nivel celular y molecular y comienzan a hacer estudios que pasan por las distintas etapas de experimentación. El objetivo es determinar si esa droga, que impacta sobre ese mecanismo en particular, puede usarse o no para el tratamiento de humanos. Hay que tener en cuenta que el porcentaje de los fármacos que llegan a este estadío es relativamente bajo. Es fundamental entender este ciclo, que es largo y que no es que uno hace una investigación y cura directamente el cáncer.

¿Es un vínculo fluido?

La interacción entre la academia y empresas privadas, biotecnológicas y/o farmacéuticas ha sido un tema ‘conflictivo’. El argumento de que una investigación guiada por un fin económico se encuentra frente a un potencial sesgo, lo suficientemente fuerte como para no generar resultados científicamente aceptables, es un poco anticuado. Considero que tenemos que tirar ciertas barreras abajo y generar vínculos entre la academia y el sector privado.

¿Cómo fue que te terminaste decantando por la ciencia básica?

En el secundario tuve un par de profesores que, no se bien por qué, yo era ‘material de ciencias exactas’. Cuando estudiaba biología no me interesaban las plantas o los animales, y terminé descubriendo que había una rama que analizaba más en detalle todos los procesos, que era la biología molecular. Pero fue muy importante tener grandes profesores en el primer año, porque te abre la cabeza muchísimo.

¿Cómo influye tener estos docentes al inicio de la carrera?

Es gente que le gusta estudiar muy en ‘chiquitito’, cosas que no se ven y las terminan analizando indirectamente porque ni con el microscopio se pueden observar. Todo lo que nosotros vemos y estudiamos lo hacemos en forma indirecta a través del efecto que causan en otras moléculas más grandes. Y para entender esta ‘psicología molecular’ es fundamental el interés que se despierta en los primeros años. Ahí se define si te gusta o lo rechazás.

Formación

Federico Pelisch es investigador asistente en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE, UBA-CONICET). Es Licenciado en Biología por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Hizo su doctorado y postdoctorado en la misma casa de estudios, y recientemente ganó la prestigiosa beca Marie Curie, de la Unión Europea.

  • Por Ana Belluscio
  • Prensa
  • Dirección de Relaciones Institucionales
  • prensa@conicet.gov.ar
  • Sobre Investigación
  • Federico Pelisch
  • Inv. Asistente
  • IFIBYNE
  • Foto: CONICET Fotografía