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Tecnologías que cambian nuestras vidas

El CONICET acercó casos exitosos de transferencia tecnológica a diversos actores clave del sector productivo y gubernamental, en una actividad que se llevó a cabo en simultáneo en Mar del Plata, Bariloche y Tucumán.


Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), expertos en materia de transferencia tecnológica y social, compartieron sus experiencias positivas de trabajo con empresas, estado e instituciones, en una iniciativa denominada “Tecnologías que cambian nuestras vidas”.

Es que la vinculación con el sector productivo es una de las misiones más importantes del CONICET, y en ese sentido es fundamental mostrar de qué manera la producción científica tecnológica agrega valor al sector productivo y a la sociedad.

Mar del Plata: desarrollo de materiales compuestos avanzados

Exequiel Rodríguez y Pablo Montemartini, investigadores del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA, CONICET- UNMdP), dialogaron con más de cien personas –entre investigadores y representantes de asociaciones y empresas- sobre el uso y la importancia de nuevos materiales en diferentes ramas de la industria, como petrolera, de energía renovable o automotriz, entre otras.

“Queremos que la sociedad conozca qué es lo que hacemos, que sepa que el CONICET tiene áreas de estudio diferentes que van desde la tecnología hasta la ingeniería de materiales, o la biología marina. Buscamos que el conocimiento llegue a la sociedad para mejorar su calidad de vida”, sostuvo el Vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del CONICET, doctor Miguel Laborde.

Además, remarcó que en el Consejo existen líneas de trabajo y vinculación, que buscan dar respuestas a diferentes problemáticas: “El CONICET tiene un área de Tecnologías para la Inclusión Social, que trabaja con los municipios y actores locales para ofrecer soluciones innovadoras”.

También acompañó la iniciativa el responsable de la Oficina de Vinculación Tecnológica de Mar del Plata, Adrián Carricart.

Tucumán: soluciones tecnológicas desde la Biomemética

Los investigadores Daniel Dos Santos y Celina Reynaga del Instituto de Biodiversidad Neotropical (IBN, CONICET-UNT) brindaron una charla sobre la diversidad acuática como indicador biológico de la calidad del agua y la importancia de brindar talleres de educación ambiental en colegios rurales del norte de Tucumán para generar acciones de prevención y derribar falsos mitos.

“Los organismos sensibles a la contaminación en nuestros ríos –como los patudos, plecópteros, tricópteros y élmidos- son nuestros aliados para conocer la salud de los ecosistemas”, sostuvo el doctor Dos Santos quien acompaña a niños de la provincia a buscar insectos para observarlos y calcular el índice de integridad biológica de las aguas.

De esta manera, los alumnos se convierten en monitores de sus propios ambientes e incorporan la idea de que un río “limpio” de insectos es un río perturbado, con presencia de algún contaminante y que la ausencia de diversidad biológico es un signo de alarma.

También, los científicos presentaron un proyecto que podría ser muy innovador: generar una aplicación móvil que, a través de la toma de fotografías, pueda enviar información a una base de datos sobre los organismos detectados en la zona.

Estuvieron presentes, la directora del CCT Tucumán, doctora Elisa Colombo, y la responsable de Vinculación, doctora Eliana Sarris.

Bariloche: una experiencia de transferencia tecnológica hacia el sector cervecero

“La idea de hoy es contarles las experiencias que pudimos ir gestando desde el laboratorio desde hace unos años”. Así comenzó su exposición el investigador Diego Libkind Frati del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC, CONICET-UNCo), ante sesenta asistentes entre empresarios, emprendedores, productores artesanales, científicos y autoridades municipales, provinciales y de la Universidad Nacional de Comahue.

Desde el Instituto se lleva a cabo investigación aplicada, es decir se estudia la biodiversidad y biotecnología de levaduras patagónicas en los ambientes naturales para tratar de encontrar qué aplicaciones pueden tener para la sociedad.

En este caso, los investigadores trataron de entender qué sucedía en el mercado productivo cervecero artesanal. “Las levaduras que se usaban eran importadas, su disponibilidad era variable y su precio estaba atado al dólar. Además había pocas opciones; y hay una gran variedad de levaduras que impacta significativamente en el aroma y sabor de las cervezas. Para el productor que quería dar un salto de calidad había muchas limitaciones”, sostuvo el doctor Libkind.

Por lo tanto, construyeron un banco de ciento cincuenta levaduras cerveceras, la mayor colección de Latinoamérica. “Luego probamos las levaduras en diferentes procesos y nos vinculamos con productores artesanales de la zona que estaban interesados en recibirlas para usar en fábrica de manera eficiente”. Es importante destacar que los productores que tienen acceso a este banco se diferencian del resto ya que pueden ofrecer una variedad de sabores y aromas nuevos.

Estuvieron presentes, el director del CCT Patagonia Norte, doctor Víctor Cussac; la responsable de Vinculación Tecnológica del CCT, Silvia Brizzio; y la doctora María Rosa Girardo, primera directora del Centro Científico Tecnológico.