Suelos de la Argentina

La célebre fertilidad de los suelos de la Pampa húmeda ha ocupado un lugar icónico en relación a las posibilidades que ofrece el suelo argentino de producir alimentos para  sus propios habitantes y los del resto del mundo. Sin embargo, los Molisoles –tal como se denomina a lo suelos de los ecosistemas de pastizales propios de la Región Pampeana- son sólo una fracción de la superficie total de la Argentina.

Recientemente, bajo la coordinación y edición de dos investigadores del Consejo en el Instituto de Investigaciones en Biociencias Agrícolas y Ambientales (INBA, CONICET-UBA), Gerardo Rubio y Raul Lavado, y Fernando X. Pereyra del SEGEMAR, se publicó un libro interdisciplinario en el que distintos especialistas ofrecen una caracterización de los diversos suelos de Argentina junto a una caracterización climática, de vegetación,  geomorfología y un diagnóstico respecto de sus problemáticas actuales.

“El editor general de la colección sobre suelos del mundo de la editorial Springer, Alfred Hartemink, a quien conozco de reuniones internacionales, se comunicó para que me encargara de coordinar y editar el trabajo sobre Argentina, que tiene la particularidad de ser un país muy extenso y en el que existen grupos  bastante diversos de especialistas”, relata Rubio.

Pese a la complejidad inicial que planteaba la tarea, el trabajo realizado terminó superando las expectativas de los editores. “En principio nos pidieron una caracterización de los diferentes suelos del país, para lo cual lo dividimos en regiones y ubicamos a los especialistas de cada una de ellas. Pero a eso también le sumamos un pantallazo general de la historia de lo ciencia de suelos en nuestro país y de cómo actúan los distintos factores formadores del lo suelos: geología y morfología, clima y la vegetación. Además agregamos capítulos vinculados al uso de estos suelos para la agricultura así como sobre los efectos de la erosión y la utilización de contaminantes. Finalmente, en el último capítulo planteamos cuáles son los temas a estudiar y preocupaciones futuras en el campo de la ciencia del suelo en nuestro país”, afirma Rubio.

Para dar una idea de la variedad y diversidad de suelos presentes en Argentina hay que tener en cuenta a lo largo de su territorio pueden encontrarse los 12 ordenes de suelos reconocidos internacionalmente, algo que puede decirse de muy pocos países en el mundo. Esta riqueza se traduce también en un enorme potencial productivo.

“Argentina tiene capacidad para alimentar a una población diez veces superior a su número de habitantes. Esto se debe en parte a la riqueza de los Molisoles de la Región Pampeana, en cuyo territorio se encuentran varios de los suelos más fértiles del planeta, pero no únicamente a ella”, comenta el investigador.

Poder conservar la fertilidad y productividad de estos suelos depende en gran medida de sus prácticas de manejo y conservación presentes y futuras.  Uno de los énfasis del libro es que estos suelos continúan  sujetos a las leyes de la naturaleza y que la acción del hombre puede deteriorarlos, algo que de hecho sucede actualmente.

“De todos modos, el deterioro no siempre es un proceso irreversible. Existen prácticas de manejo sustentable que permiten conservar las propiedades de los suelos y que sean productivos al mismo tiempo. Si no se aplican no es por falta de conocimientos acumulados sino por diversas causas, como la ausencia de suficientes regulaciones o  por las formas que adopta la explotación de la tierra. Pero no estamos frente a una dicotomía entre conservación y uso. Nuestros suelos pueden servir para colaborar a garantizar la seguridad alimentaria en el mundo sin menoscabar su fertilidad natural. Lo que tenemos que hacer es promover la medidas políticas y económicas necesarias para que el buen manejo tenga lugar”, concluye Rubio.