PROGRAMA CIT

“Se trata de generar nuevas unidades sobre la base de temáticas estratégicas y en acuerdo con los actores regionales”

La directora del Centro de Investigaciones y Transferencia de Santiago del Estero (CITSE), Dra. Ana María Anton, cuenta los avances del centro creado entre el CONICET y la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Sus líneas de investigación, infraestructura y programa de radicación.


Desde al año pasado, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) ha impulsado junto a distintas universidades nacionales la creación de unidades de investigación científico-tecnológicas en determinados puntos del país, con el fin de potenciar desarrollos regionales y promover la investigación nacional. Este programa de creación de Centros de Investigaciones y Transferencia (CIT) busca promover una distribución territorialmente más equilibrada de los recursos humanos y de las capacidades de investigación en todo el país.

El primer CIT creado a partir de este programa de fortalecimiento institucional fue el de Santiago del Estero (CITSE), mediante un convenio entre el Consejo y la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE). La doctora en Ciencias Biológicas Ana María Anton, nombrada directora del mismo en julio de 2012, explica el desafío de haber encarado este novedoso proyecto.

“Me llamaron del CONICET y me preguntaron si me interesaba, que era un programa nuevo, que era un desafío y tenía mucho que ver con la gestión. Yo sentí que me provocaba la idea y que contaba con la experiencia de haber conducido un instituto del CONICET (el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal), y haber trabajado mucho tiempo en las comisiones asesoras y junta de Calificación y Promoción del Consejo. Realmente es un lindo e interesante desafío que entusiasma”, señala.

El CITSE se crea en el 2012 como un centro regional de referencia en investigación y desarrollo, que aborda temáticas clave para el medio socio productivo local y se dedica fuertemente a la transferencia tecnológica. “En el CONICET históricamente los investigadores elegían sus planes y temáticas, y actualmente esto se mantiene pero también se abrió una ventana para los temas estratégicos del país. Desarrollar estos centros de investigación y transferencia tiene como fin cubrir las demandas de la región, en cuanto a favorecer servicios, innovación y consolidar el medio productivo”, explica Anton.

“En Santiago se han conjugado todos los actores, con una decisión y voluntad real de que este centro funcione”, explica la investigadora del CONICET y enfatiza en el apoyo por parte de la universidad, el Consejo y el gobierno provincial. “Santiago tiene la oportunidad de construir un centro de investigación competitivo y de nivel, y apostar a que estas capacidades de investigación se destinen a atender problemas concretos de la región.”

Las líneas de investigación

Las temáticas de investigación y transferencia del CITSE son Recursos Forestales y Producción Agropecuaria y de Alimentos. Anton explica que cada una de estas áreas es un mundo con muchas disciplinas y líneas internas, y sostiene que “en Santiago hay un sistema de producción ganadera silvopastoril y el ganado vacuno es una prioridad. El gobierno tiene intención que esto se duplique o triplique en la región, entonces es muy importante todo lo vinculado a reproducción y sanidad animal. Aquí tenemos líneas de investigación como efectos del estrés térmico sobre los biomarcadores de terneza en la carne, conservación y procesamiento de frutas y hortalizas postcosecha, liposomas para vehiculización de drogas de interés veterinario, análisis, identificación y síntesis de análogos de semioquímicos para control de plagas. También hay desarrollo de biosensores utilizando nanotecnología, estudio de los mecanismo de variación antigénica para la generación de métodos diagnósticos y vacunas contra enfermedades infecciosas en animales de producción “.

La importancia de estas temáticas para el desarrollo local, sostiene Anton, radica en que la cadena de valor de la vaca es la protagonista en Santiago del Estero. “La vaca junto al cabrito son los protagonistas. Lo mismo para las hortalizas y los vegetales.” Y agrega que “incorporar técnicas de biología molecular a los proyectos de investigación de reproducción y sanidad animal fue un cambio, dio un salto de calidad a los estudios veterinarios, que se realizaban principalmente mediante técnicas convencionales de manipulación y diagnóstico. Lo mismo con las plantas de interés alimenticio o medicinal, vamos a tratar de trabajar en biotecnología de cultivos que sean de interés para la región”

El CITSE cuenta con una importante infraestructura. “Tenemos un edificio de 300 metros cuadrados, otro de 1200 m de laboratorios recientemente inaugurado en el marco del Plan Nacional de Obras para la Ciencia y la Tecnología y un tercer edificio del CONICET de 800 m en construcción, cuya planta baja se espera inaugurar hacia fin de año”, detalla.

Radicar científicos

La captación de investigadores formados mediante procesos activos de radicación y la formación de recursos humanos en las temáticas específicas del Centro son claves para el funcionamiento del CITSE. “Se busca captar jóvenes con buena formación académica, con ganas de hacer y ser transformadores en los lugares donde se incorporan. Acá se les da la posibilidad de ser dueños de sus temáticas, con su laboratorio, equipo, con posibilidades de subsidios, vivienda” explica Anton.

El Consejo estableció un programa de radicación con diferentes mecanismos. “Si es un investigador del CONICET puede pedir un cambio de lugar de trabajo y acceder a un subsidio de hasta 100.000 pesos para instalarse, subsidios para la investigación, posibilidad de cargo en la universidad y de acceso a una vivienda en los casos que sea necesario. Hay otra oferta que es por contrato para los que no son investigadores del Consejo, es un contrato como investigador asociado por dos años, y a los dos años tienen que ser competitivos como para poder ingresar a la Carrera del investigador, presentándose a las convocatorias regulares” detalla.

“En este momento tenemos 18 investigadores, entre CONICET y asociados, a los que se suman 14 procedentes de la UNSE, 17 becarios, 5 técnicos y un administrativo. La idea es que todos los equipos y laboratorios estén conectados, que haya una sinergia entre todos los grupos” explica la investigadora y agrega que “lo interesante de este proyecto es poder potenciar nuevas líneas que estén vinculadas a investigaciones pero también a transferencias”.

Finalmente, luego de un año de la creación del CITSE, la investigadora hace un balance y afirma que fue realmente positivo, “radicamos científicos, se incorporaron becarios, adquirimos equipamiento por 1.800.000 pesos y una infraestructura de 3 edificios, hemos conseguido casas y cargos para los investigadores, y proyectamos continuar con este standard de crecimiento. Existe un apoyo total del CONICET, la universidad y el gobierno provincial, hay armonía y voluntad de todos los actores”.