CONICET-FUNDACIÓN CASSARÁ

Se entregó el Premio César Milstein a la Investigación en Biotecnología con Impacto en la Salud

Este nuevo galardón tiene como objetivo estimular el desarrollo científico, tecnológico y productivo en Argentina e impulsar la transferencia del conocimiento. El proyecto ganador es liderado por Ricardo Dewey.


En un acto celebrado en el Edificio Cassará, el CONICET, la Fundación Pablo Cassará y el Instituto de Ciencia y Tecnología “Dr. César Milstein” (ICT Milstein) dieron a conocer al ganador de la Primera Edición del “Premio César Milstein a la Investigación en Biotecnología con Impacto en la Salud”.

El proyecto premiado se titula “Caracterización molecular y funcional de TßRII-SE, una nueva variante de splicing del receptor de Tipo 2 de TGF-ß, y desarrollo de un biofarmacéutico derivado” y es liderado por Ricardo Dewey, investigador del CONICET en el Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH, CONICET-UNSAM). Dicho trabajo muestra el desarrollo y transferencia tecnológica de un nuevo biofármaco con características antifibróticas basado en el descubrimiento y caracterización de una nueva molécula presente en células humanas. La propuesta obtuvo como premio un millón y medio de pesos de financiamiento. Es importante mencionar que en 2018 Dewey junto a su equipo crearon la Empresa de Base Tecnológica (EBT CONICET) Rad Bio SAS para continuar con el desarrollo tecnológico.

Este galardón -que se enmarca en el año homenaje al Premio Nobel de Medicina César Milstein- busca dar visibilidad a los resultados de investigaciones que puedan contribuir al desarrollo de productos o procesos en biotecnología y potenciar la articulación público privada en el campo específico de la salud humana. En esta primera edición del premio, que fue organizada por el CONICET y la Fundación Cassará a través del ICT Milstein, los proyectos presentados debían estar enmarcados en alguna de las siguientes áreas del conocimiento: Inmunología, Medicina Preventiva, Medicina Regenerativa, Microbiología y Oncología.

Durante la apertura, la presidenta del CONICET, Ana Franchi agradeció al jurado por el trabajo realizado y destacó la iniciativa del Premio y la importancia de la articulación público-privada. A su vez, expresó: “La ciencia y la tecnología a nivel mundial y nacional fueron altamente demandadas estos últimos dos años. Pocas veces en la historia de la humanidad vimos esto, nos dio una gran responsabilidad hacia la sociedad. Creo que la comunidad científica argentina estuvo a la altura, nos puso en la vidriera, supimos responder a esta demanda, y eso es porque estábamos, porque nadie inventa una comunidad científica”.

Finalmente señaló que “la ciencia y la tecnología son indispensables en esta pandemia, pero también para el desarrollo de un país más justo, soberano e inclusivo. Hay un gobierno que habla permanentemente de la ciencia y la tecnología, tenemos un Estado que apoya y se apoya en la ciencia”.

Por su parte, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Daniel Filmus, felicitó a las y los representantes de todos los proyectos que se presentaron y, en especial al ganador. El ministro destacó “el trabajo del ICT Milstein y de la Fundación Cassará con relación al desarrollo de la vacuna contra el COVID-19. Tiene sentido la inversión en Ciencia y Tecnología si sirve para resolver los problemas de nuestra gente. Nada mejor que la cita que hizo Milstein de Bernardo Houssay: ‘Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico, y los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia’”.

El ministro agregó que por esta razón “sostenemos que Argentina no tiene ninguna posibilidad de transformación ni de crecimiento ni de distribuir el ingreso de forma más justa, sino es a través de la Ciencia y la Tecnología. No hay país del mundo que se haya desarrollado que no se haya basado en sus universidades, en sus centros de investigación y en sus investigadoras e investigadores y la articulación público-privada es uno de los métodos privilegiados”.

Luego, el presidente de la Fundación Cassará, Jorge Cassará, señaló que “como familia y empresa siempre estuvimos convencidos del lugar que ocupa la ciencia básica y la aplicada. Por eso acompañamos al CONICET en la creación del ICT Milstein donde se conjuga ciencia básica y desarrollo tecnológico”. A su vez agregó que “este premio no solo busca estimular el desarrollo científico tecnológico sino también visibilizar ante la sociedad los resultados de la investigación e innovación y sus beneficios”.

Seguidamente, el director del ICT Milstein, Adrián Vojnov, destacó el nivel de los proyectos presentados y remarcó que “este concurso forma parte de los eventos de conmemoración por el año homenaje a César Milstein. 2021 fue seleccionado como el año de Milstein por la gran labor que tuvo la comunidad científica para enfrentar la pandemia”. A su vez, destacó el rol del Ministerio de Ciencia y del CONICET en estos dos años y la voluntad de armar la Unidad Coronavirus y financiar proyectos. “Es importante el impulso que se le está dando a la ciencia”, finalizó.

A su turno, el ganador del Premio, relató que regresó al país en 2007 para establecer su laboratorio en el INTECH de Chascomús. “Incorporé a estudiantes de doctorado gracias a becas del CONICET para conocer más sobre la nueva proteína. El objetivo del proyecto es convertir el descubrimiento en una droga biotecnológica que pueda llegar a la sociedad, generando investigación traslacional”. También se refirió a que “en 1989 se funda el INTECH como centro de excelencia destinado a profundizar los estudios sobre biotecnología y a vincularlos con el proceso productivo. En sus inicios César Milstein fue el presidente honorario del Consejo Científico y presidente del Consejo Asesor externo. 32 años después un investigador del INTECH es reconocido con el Premio César Milstein 2021”.

Menciones

A su vez, recibió la 1º Mención del Premio César Milstein el Proyecto “Diagnos-TB: un nuevo ensayo diagnóstico para detección de infección por Mycobacyterium tuberculosis con capacidad de diferenciar infección activa y latente”. “Diagnos-TB” es un kit diagnóstico que permite la detección de la tuberculosis con una eficacia sin precedentes. Es liderado por Verónica García -investigadora del CONICET con lugar de trabajo en el Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (IQUIBICEN, CONICET-UBA)- quién recibió como distinción un financiamiento de un millón de pesos. Verónica junto a su equipo están brindando el Servicio Tecnológico de Alto nivel (STAN) “Diagnos-TB” a la comunidad, contribuyendo así con médicos de diferentes especialidades en la toma de decisiones sobre el mejor tratamiento a aplicar ante la falta de diagnóstico exacto por métodos tradicionales.

Dado que Verónica García no pudo asistir a la ceremonia, Nicolás Amiano, integrante de su grupo de trabajo leyó unas palabras en su nombre: “En el contexto actual resulta innegable el rol de la investigación científica como herramienta para superar las dificultades que trascienden las fronteras. Es un gran orgullo para nuestro grupo ser premiados con esta mención. La tuberculosis es un mal que está lejos de ser erradicado y la pandemia ha empeorado el panorama debido a la falta de diagnóstico temprano. Este nuevo método no solo diagnostica la persona enferma sino aquella infectada pero sin síntomas, mejorando la situación sanitaria relacionada a esta enfermedad. Nuestra meta es que este desarrollo nacional llegue a la mayor cantidad de argentinos posibles”.

La 2º Mención del Premio fue para el proyecto “Neuroprotección y neuroplasticidad: el FUTURO de una molécula que AYER era solamente un medicamento estimulante de la eritropoyesis”. El mismo se centra en la modificación de la molécula eritropoyetina humana (hEPO) para anular su efecto indeseado y conservar su capacidad neuroprotectora y neuroplástica para en un futuro poder desarrollar un biofármaco que sirva para prevenir o tratar enfermedades neurodegenerativas. El científico responsable es Marcos Oggero Eberhardt, investigador del CONICET con lugar de trabajo en el Laboratorio de Cultivo Celulares de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral. El grupo de trabajo ha recibido un financiamiento por 500 mil pesos. Es importante destacar que junto a su equipo han creado la Empresa de Base Tecnológica (EBT CONICET) BioSynaptica SA para consolidar este desarrollo.

Oggero expresó: “Que nuestro trabajo se conjugue con el nombre de Milstein a través de esta Mención nos da mucha energía para seguir con este derrotero científico y tecnológico”. Agradeció al CONICET por darle la oportunidad de que su trabajo sea reconocido como Empresa de Base Tecnológica para impulsar el biofármaco.
Finalmente destacó: “Que la ciencia y la tecnología sean la fuerza impulsora que nos pueda colocar en niveles de alta competitividad”.

Para la primera edición del Premio se han presentado numerosos y diversos proyectos que cuentan con base científica y/o tecnológica en el campo de la biotecnología. Se preseleccionaron 9 por su contribución a la generación de conocimiento y su impacto en la difusión social de la ciencia, la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico. Los mismos participaron luego de una jornada de Pitch Day, donde se ampliaron las presentaciones y el jurado designó a los/las ganadores/as.

Participaron de la ceremonia la vicepresidenta del ICT Milstein, María Eugenia Balañá; el gerente de Asuntos Legales del CONICET, Alan Temiño; autoridades de Fundación Cassará y miembros del Jurado Evaluador.