La arqueología forense desarrolla métodos de búsqueda y recuperación de restos humanos en campo, incluidos los que pueden estar enterrrados o en superficie. Emplea tecnologías para mapear y registrar contextos de muerte y escenas de crimen.
La tafonomía forense investiga todos los cambios post-mortem que suceden sobre los restos humanos. Estos cambios incluyen los procesos ambientales de descomposición, carroñeo por invertebrados y vertebrados y el diagnóstico de estas alteraciones para diferenciarlas de las producidas por la acción humana, dispersión de restos por actividades humanas, otros mamíferos, aves y fuerzas naturales, meteorización de los huesos expuestos en superficie, alteraciones provocadas por el entierro, incluidas la acción de raíces, las manchas del suelo, disolución ácida, y prácticas culturales que afectan a los huesos, incluido el almacenamiento, la manipulación, la exhibición y el ritual.