CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD

Pescar, conservar y aprender

Científicos del CONICET implementan un método no letal para el estudio de stocks pesqueros del bagre de mar, una especie comercial transfronteriza con problemas de conservación del Océano Atlántico Sudoccidental.


Esteban Avigliano y Alejandra Volpedo, investigadores del CONICET en el Instituto de  Investigaciones en Producción Animal  (INPA, CONICET-UBA) con sede en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, lideraron  un grupo con investigadores de Brasil y Estados Unidos que pudieron identificar los stocks pesqueros del bagre de mar y sus patrones de movimiento usando un método que no involucra la muerte de esta especie. Este trabajo fue recientemente publicado en Marine Ecology Progres Series.

El mimoso, bagre de mar o bagre branco es una especie de importancia comercial que se distribuye desde el noreste de Brasil hasta el norte de la Patagonia.  Esta especie, sobre todo en Brasil, sufre en la actualidad de serios problemas de conservación por la sobrepesca y sus particularidades biológicas, alcanzando un estado crítico en la última década. Tal es así que las factorías cerraron y así disminuyeron las alternativas económicas de los ribereños. Desde al año 2015, Brasil incluye a esta especie en la lista roja de especies en peligro, por la cual no se permite su pesca, transporte ni comercialización.

La biología de esta especie es sumamente interesante y única, hace algunos años se sostenía que la especie era anadroma (es decir, que nacía en agua dulce y se desarrollaba en agua salada) y los machos incuban los huevos en su boca durante aproximadamente 4 meses. Es una especie longeva, ya que puede sobrepasar tranquilamente los 30 años de vida y la edad de primera maduración sexual se sitúa entre los 7 y 9 años.

La problemática del recurso radica en la falta de información que garantice el adecuado manejo de las pesquerías desde el punto de vista de pesca comercial, subsistencia y deportiva. La distribución relativamente restringida,  la sobrepesca, el complejo ciclo de vida y la elevada edad de maduración, son algunos de los motivos por los que esta especie no se puede manejar adecuadamente. Además, son desconocidos muchos aspectos biológicos, reproductivos y poblaciones, que permitirían generar políticas efectivas de manejo. Datos como la identificación de diferentes poblaciones, conectividad entre ellas, descripción de las rutas migratorias e historia de vida son esenciales para cuidar el recurso. Considerando la problemática descripta, desde el CONICET y la Universidad de Buenos Aires se ha llevado a cabo en los últimos 8 años una serie de investigaciones para dar luz a estas cuestiones.

“Nuestras  investigaciones abarcan prácticamente toda la distribución de la especie. Hemos estudiado la historia de vida (desplazamientos desde el momento de la eclosión) de ejemplares de hasta 27 años de edad desde Río de Janeiro hasta la Patagonia. Nuestros estudios se basan en la química de los otolitos (estructuras del oído interno que permiten estimar su edad a través de marcas anuales de crecimiento). Nuestros resultados mostraron que en el Río de la Plata hay al menos 3 comportamientos migratorios diferentes. Peces que nacen en el río (agua dulce) y luego migran al mar, peces que nacen en el estuario y migran en algún momento al mar y al río y, peces que nacen en agua dulce y que crecen y vienen luego en el estuario (nunca usan el mar). Sin embargo, hemos determinado que las migraciones se producen desde el primer año de vida y no desde la madurez sexual, como se creía. Esto quiere decir que las migraciones no son estrictamente reproductivas, sino que por algún motivo, los jóvenes acompañan a los adultos en sus migraciones anuales. El 40 por ciento  de los peces estudiados del Río de la Plata eclosiona en agua dulce y usan el estuario externo pero no el mar abierto”; afirma Volpedo .

Pero la historia de la especie cambia en los distintos estuarios de la costa del atlántico: “En el estuario de Paranaguá (Brasil) no hemos encontrado estos ejemplares que nacen en el río y que no migran el mar (son el 40 por ciento de los ejemplares del Río de la Plata). En Lagoa dos Patos estos ejemplares representan una minoría (solo 11 por ciento). Por lo contrario, existe una población (33 por ciento) que es agua dulce dependiente. Esto significa que viven toda la vida en agua dulce, por lo cual, podemos encontrar mimosos todo el año aguas debajo de Porto Alegre. Los ejemplares longevos analizados mostraron migraciones anuales durante toda la vida pudiendo incluso cambiar de comportamiento general. Algunos han migrado, por ejemplo, desde el río al mar durante los primeros 10 años, y luego entre el río y el estuario por los últimos 15 años”, indica Avigliano.

Los  resultados de la investigación mostraron que el Río de la Plata tiene su propia población de bagres marinos y que es distinta a la de Lagoa dos Patos, pudiendo existir una conectividad relativamente baja entre estuarios.

“Encontramos que en general  cada uno de los estuarios estudiados tiene su propia población y baja conectividad. La mayoría de los ejemplares adultos estudiados mostraron dependencia con su logar de nacimiento. Dicho de otra manera, parecería haber un comportamiento de filopatria. Tal como ocurre en los salmones de Alaska, los bagres remontan los cuerpos de agua que les dieron origen. A diferencias de los salmones, los bagres no muren luego de la reproducción y tienen la capacidad de migrar anualmente. Este año hemos identificado una nueva población en el estuario del Río Negro (Patagonia Norte), la cual parecería tener una baja conectividad con la del Río de la Plata”, señala Avigliano.

Fuente: Instituto de  Investigaciones en Producción Animal (INPA, CONICET-UBA).

Referencia bibliográfica:

Avigliano, E., de Carvalho, B. M., Miller, N., Gironde, S. C., Tombari, A., Limburg, K., & Volpedo, A. V. (2019). Fin spine chemistry as a non-lethal alternative to otoliths for stock discrimination in an endangered catfish. Marine Ecology Progress Series614, 147-157. DOI: 10.3354/meps12895