II JORNADAS DE PERIODISMO CIENTÍFICO
Pablo Amster: “La divulgación de la ciencia sirve para derribar prejuicios y no estar encerrado en lo que uno hace”
El matemático del Consejo se encontró con el periodista Martín De Ambrosio, en un panel donde dialogaron sobre su experiencia en la escritura de libros de divulgación.
Además de ser matemático investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y estudiar ecuaciones diferenciales, el Dr. Pablo Amster escribe libros. Matemática, maestro (2010), La matemática como una de las bellas artes (2004), Fragmentos de un discurso matemático (2007), son algunos de sus títulos, en los que introduce los conceptos de la Matemática que habitan adentro de las disciplinas artísticas. “Trabajo en un área muy específica de las matemáticas, en la que tengo muy pocos interlocutores, pero siempre estuve ligado a la escritura y a través de la divulgación trato de hacer notar que no son cosas tan distintas: que la matemática está muy emparentada a la literatura y tiene estructura de ficción”. Amster, que también es músico, participó del panel de la segunda jornada de Periodismo Científico en Tecnópolis junto al periodista científico Martín De Ambrosio, miembro de la Red Argentina de Periodismo Científico (RADPC).
El primer libro que publicó Amster fue en 2004 a pedido del científico y director de la colección “Ciencia que ladra” de editorial Siglo XXI, Diego Golombek. En realidad, el borrador del libro -en el que mezcla conceptos matemáticos con conceptos del arte, citaba a autores como Fernando Pessoa y se inmiscuía en terrenos más bien literarios- circulaba desde que Amster era ayudante de Adrián Paenza en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Pero fue a partir de la publicación de ese libro, que fueron surgiendo las demás propuestas editoriales.
De Ambrosio, por su parte, comentó que se convirtió en periodista científico casi “por casualidad: me llevó el azar y la necesidad. Terminando la carrera de comunicación de la UBA no veía al periodismo científico como una opción, pero luego ingresé al diario Página/12 y comencé a especializarme en temas de ciencia. A diferencia de un científico, que trabaja sobre una porción de conocimiento, nuestro trabajo es abrumador, porque el periodista científico trabaja con todas las ciencias”. En su recorrido, decidió, en 2004, presentarle un proyecto de libro también a Diego Golombek –sobre historias de perros que habían sido protagonistas involuntarios de experimentos científicos-, que se convirtió en el puntapié inicial para publicar luego el resto de sus títulos, en los que el periodista se inmiscuye en diversos temas con veta científica, pasando por el cambio climático hasta el running.
“Escribir un libro es muy distinto a una nota sobre ciencia. Es un artefacto distinto y eso hay que entenderlo y adquirir herramientas para armar el relato: poder construir distintos personajes, entrelazar varias historias, darle un esquema de introducción, nudo y desenlace, y siempre hacerlo accesible a todo público”, aseguró el periodista.
“Hasta hace unos años era mejor que uno no cuente que hacía divulgación porque no estaba bien vista en la comunidad científica”, indicó Amster por su parte, que citó al Padre Brown, el detective creado por el autor Chesterton, como una alegoría de su motivación a la hora de escribir sobre ciencia y buscar modos de introducir conceptos matemáticos en temas disímiles -como puede ser el tango. En el cuento citado, el padre Brown se preguntaba dónde escondería un sabio una hoja, y la respuesta era “en un bosque”. “Y si no hay un bosque”, decía el personaje. “fabricaría uno”. “Yo quiero transmitir ideas –continuó el científico-, y me fabrico un bosque para que dentro de ese contexto cuajen esas ideas”. Además, comentó que sus apariciones como científico en los medios masivos se dan siempre que haya un tema de su disciplina que sea noticia: entonces, lo llaman para que opine o explique algún concepto.
De Ambrosio, más adelante, puntualizó sobre la dificultad de conseguir espacio para publicar sobre ciencia en los medios masivos con la que se encuentran los periodistas especializados. “Es un trabajo arduo, con sinsabores. Haruki Murakami se dedicó a la literatura porque no pudo evitarlo, nadie le dijo que lo haga, y al periodista científico yo le recomendaría lo mismo: que lo haga porque no puede evitarlo”. Aconsejó, en esa línea, leer la sección Ciencia del diario español El Mundo, el diario New York Times, The Guardian, la revista The Wire o New Scientist.
“Yo por mi parte le diría a los científicos que quieren hacer divulgación que se relajen. Si bien desde el lado conservador uno está ´traicionando´ algunas ideas o ´bajándolas´, porque se tiene que faltar a cierto rigor, en algún punto me parece que la divulgación de la ciencia es una tarea que vale la pena para derribar ciertos prejuicios y no estar encerrado en lo que uno hacer”, recomendó por su parte Amster.
Por último, para los científicos que quieran difundir sus investigaciones en los medios, De Ambrosio los invitó a tener en claro el concepto de qué es noticia para hacer atractivos los temas para los medios masivos. Amster, asimismo, recomendó estar al tanto de los concursos de divulgación, “una buena oportunidad para que los científicos den el salto hacia la publicación más masiva”.
La tercera de las Jornadas de Periodismo Científico se realizará este viernes 26, en donde el biólogo del CONICET Luis Cappozzo compartirá panel con la periodista científica Susana Gallardo. Ambos serán entrevistados para reflexionar sobre el léxico y el uso de las palabras para difundir ciencia en los medios masivos.
Cabe destacar que las Jornadas de Periodismo Científico en Tecnópolis que organiza el CONICET recibieron una declaración de beneplácito por el Senado de la Nación en octubre de 2015, luego de que se realizara su primera edición.