INVESTIGADORES
VARGAS evelyn teresita
congresos y reuniones científicas
Título:
Leibniz y la voluntad de creer
Autor/es:
VARGAS, EVELYN
Lugar:
La Plata
Reunión:
Jornada; Octavas Jornadas de Investigación para Profesores, Graduados y Alumnos; 2011
Institución organizadora:
Departamento de Filosofía de la UNLP
Resumen:
En un tiempo en que el problema del mal en el mundo era asunto de intenso debate filosófico los pormenores de las diversas soluciones ofrecidas no carecían de consecuencias políticas y éticas. La necesidad de una respuesta razonada ante la dificultad de conciliar el hecho obvio de un mundo lleno de injusticia y sufrimiento con la creencia innegociable de que el mundo fue creado por un autor perfecto ocupó a los principales filósofos del siglo XVII. Así, no sólo fue necesario reconsiderar la naturaleza divina en consonancia con la nueva visión del mundo surgida con la revolución científica, también las cuestiones relativas a la naturaleza humana, la libertad o la racionalidad sufrieron una profunda transformación. La estrategia leibniciana consistió en la defensa cuasi-legal de la causa de Dios, esto es, en probar su inocencia frente a las acusaciones de injusticia. De entre esos cargos aquel que responsabiliza a Dios por las acciones de las criaturas, en especial las malévolas, era para Leibniz el problema más difícil (Th 107). Naturalmente la solución del filósofo habría de mostrar la concurrencia de Dios y del agente creado en la producción de las acciones de éste pero dejando establecido que la responsabilidad causal por las acciones injustas era sólo de la criatura. A fin de establecer dicha conclusión no sólo esgrimirá Leibniz tesis centrales de su metafísica, como aquella relativas a la relación entre la mente y el cuerpo sino que elaborará una concepción original del rol de la voluntad en la adquisición de nuestras creencias y la formación del juicio. Su enfoque rechaza la doctrina cartesiana del juicio como producto de la voluntad. Sin embargo, la voluntad contribuye de manera indirecta en la reforma cognitiva y por tanto en todo esfuerzo consciente que pone en marcha la acción. La voluntad nunca es indiferente sino que siempre está inclinada sea por razones o por las pasiones o percepciones confusas de las que no somos conscientes. Pero mediante la actividad voluntaria podemos influenciar nuestras creencias y deseos, este es, por medio de nuestras percepciones distintas podemos controlar y adquirir creencias. El carácter espontáneo de los procesos mentales se complementa con la guía de nuestra conducta voluntaria. Por esta razón la reforma cognitiva implica que la voluntad humana no debe ser sometida a la autoridad de otro. Así Leibniz anticipa la imagen ilustrada del sujeto que se libera de la autoridad externa mediante el ejercicio de su razón.