INVESTIGADORES
GONZALEZ Sofia Laura
capítulos de libros
Título:
Dónde hubo plantas?semillas quedan: el banco de semillas como estrategia de regeneración post-fuego
Autor/es:
GONZALEZ SOFÍA
Libro:
Ecología e Historia Natural de la Patagonia Andina. Un cuarto de siglo de investigación en biogeografía, ecología y conservación
Editorial:
AZARA
Referencias:
Año: 2014; p. 58 - 58
Resumen:
El gran incendio del año 1999 de la Estancia San Ramón, al este de Bariloche, nos permitió develar la existencia de una ?comunidad fantasma? de plantas, es decir especies que normalmente no vemos en la estepa. En esa oportunidad fue notable observar el suelo quemado tapizado por una hierba de escaso porte llamada Boopis gracilis (Calyceraceae) que es muy poco frecuente en la vegetación madura. Esta especie fugitiva germinó y se estableció rápidamente en el gran espacio dejado por el fuego y, a los dos años, luego de producir gran cantidad de semillas, desapareció de la vegetación...pero ¿de dónde vinieron sus plántulas si no había adultos y adónde se fueron sus semillas? El protagonista de estos aparentemente misteriosos sucesos es el banco de semillas. Las semillas de B. gracilis son pequeñas y compactas, características que permiten que se entierren fácilmente ayudadas por el tipo de suelo, las actividades de animales cavadores y la lluvia. Una vez enterradas, las semillas permanecen viables por muchos años en espera de condiciones benignas, como aquellas que se generan luego de los incendios, para germinar. La germinación de semillas desde ese banco puede ser promovida por componentes derivados del fuego como humo, ceniza y carbón, o por las temperaturas altas. En experimentos de laboratorio, luego de exponer semillas de B. gracilis a una temperatura alta (80°C) y humo, se determinó que este último promueve la germinación, mientras que el calor dañó las semillas afectando su germinación. Si las temperaturas altas tienen un efecto negativo sobre las semillas ¿Cómo es que éstas logran sobrevivir al fuego y luego germinar? Nuevamente en la respuesta entra en escena el banco de semillas. La posición de las semillas en el suelo es importante en determinar la supervivencia de las mismas al fuego. Aunque sobre la superficie se generen altas temperaturas (a veces superan los 800°C), éstas descienden abruptamente a pocos centímetros de la superficie (a menos de 100°C), debido a la baja conducción de calor del suelo. Por lo tanto, aquellas semillas que están sobre la superficie o muy cerca de ella, son destruidas por el contacto directo con las llamas, mientras que aquellas ubicadas en los estratos más profundos logran sobrevivir. La erosión post-fuego puede ayudar en la exposición de las semillas más profundas, las cuales pueden detectar ?señales del ambiente? para germinar al estar más cerca de la superficie. Por lo tanto, además del humo, también las condiciones post-fuego, tales como el incremento en el nivel de recursos (luz, agua, nutrientes, espacio) y la disminución de la competencia y eliminación de sustancias y patógenos que inhiben la germinación, pudieron promover la germinación de semillas y posterior establecimiento de B. gracilis en la Estancia San Ramón. Sin embargo, debido a que esta especie es bianual, es decir que sólo vive dos años, otras especies que se establecen posteriormente comienzan a competir eficientemente por los recursos, disminuyendo rápidamente la abundancia de B. gracilis. Así, antes de desaparecer del sitio, la especie logra producir y almacenar muchas semillas, formar un banco, a la espera de otro gran disturbio que le permita producir otra generación. B. gracilis es un ejemplo de cómo el banco de semillas es una estrategia de escape de los individuos en el tiempo, ya que brinda la oportunidad de coexistir con otras plantas de la comunidad, asegurando la continuidad de la especie.