Los gauchos de Güemes. Guerra de independencia y conflicto social

MATA, SARA EMILIA

Sudamericana

Lugar: Buenos Aires; Año: 2008 p. 212

978-950-07-2933-8

La creación en 1810 de una Junta de Gobierno en Buenos Aires disparó un proceso político cuya resolución demandaría 15 años de violencia y guerra en escenarios lejanos a la revolucionaria capital de Virreinato. Uno de esos escenarios, y por muchos años, será el de las provincias altoperuanas y Salta. La estratégica ubicación de esta última para la vinculación entre el litoral atlántico y el Alto Perú la convertirá en territorio de vanguardia para el Ejército Auxiliar del Perú organizado por Buenos Aires y el Ejército Real del Perú que desde Lima defendía los derechos de España en América del Sur. En este contexto bélico Salta y Jujuy participarán activamente organizando milicias locales y reclutando hombres para engrosar el ejército ?patriota?. Luego, ante los reiterados fracasos militares de ese ejército, habrán de librar una encarnizada guerra de recursos hostilizando los avances realistas que reiteradamente tuvieron lugar entre 1814 y 1821. La movilización voluntaria y generalizada de amplios sectores rurales dará lugar a un movimiento social de base agraria sobre el cual se asentará el ascendente poder de Martín Miguel de Güemes un militar natural de Salta. Será precisamente la insurrección rural la que otorgará a la guerra de independencia en Salta su nota distintiva. Con la denominación de ?gauchos? tomarán parte en ella peones, arrenderos, agregados y pequeños propietarios rurales, cuyas expectativas y motivaciones no necesariamente deberían coincidir con los objetivos políticos de la elite dirigente revolucionaria. Corresponderá a la habilidad política y militar de Martín Miguel de Güemes otorgarle sentido político a esta movilización social. Gobernador de la Provincia de Salta en 1815 por decisión de un Cabildo presionado por las armas y por la difícil situación que planteaba la amenaza realista, Martín Miguel de Güemes mantuvo una estrecha relación con las guerrillas altoperuanas, al tiempo que mantenía con el gobierno central de Buenos Aires una actitud amenazante, conciliadora o negociadora según las circunstancias. Alianzas y negociaciones le permitieron a Martín Miguel de Güemes enfrentar  a una elite cada vez más decididamente opositora, exasperada por las contribuciones forzosas, la interrupción del comercio y los desmanes de una milicia poco disciplinada. En 1821, carente del apoyo de Buenos Aires y del Ejercito Auxiliar del Norte, Güemes será sorprendido y asesinado por una partida realista en la ciudad de Salta, con el beneplácito de la elite local. Con su muerte concluye la guerra en Salta.