Conservación Axénica de Germoplasma de Hongos Micorrízico Arbusculares Nativos, Su Aislamiento y Establecimiento en Cultivos In Vitro. Banco de Glomeromycota In Vitro BGI

PÉRGOLA M.; FERNÁNDEZ L.; SILVANI V.; BOMPADRE MJ.; NAVARRO L.; GODEAS A.

Capital Federal, Buenos Aires, Argentina

Congreso; II Congreso Nacional de Conservación de la Biodiversidad; 2006

Entre las simbiosis mutualistas, que se presentan entre plantas y microorganismos, destaca aquélla que se establece en el sistema radical vegetal con un grupo de hongos en particular pertenecientes al Phylum Glomeromycota. Esta asociación simbiótica desarrolla una estructura compleja especializada denominada Micorriza, la cual contribuye principalmente a promover el desarrollo, crecimiento y la adaptación de las especies vegetales, mejorando a la vez las propiedades físicas del suelo e incrementando significativamente el volumen explorado por las raíces debido a la formación de una red hifal extraradical. Esta red actúa como prolongación de las raíces lo que le permite a la planta acceder a nutrientes (principalmente fosfatos y micronutrientes) que no se encuentran disponibles para la misma. Más del 90 % de las comunidades vegetales que se encuentran habitando el planeta, presentan la característica de formar la simbiosis micorrízica. Nuestro principal objetivo en la realización del presente trabajo es dar a conocer la importancia de estos hongos y su rol dentro de los ecosistemas terrestres, en relación con las líneas de investigación que se están desarrollando en nuestro laboratorio que además de su conservación in Vitro incluyen, estudios filogenéticos, bioquímicos, interacciones con otros microorganismos de la rizósfera, y fines aplicados como la producción de biofertilizantes a base de micorrizas. En cuanto a las actividades involucradas en la conservación de estos microorganismos incluyen, su aislamiento a partir de la rizósfera de plantas nativas de diversos ecosistemas de nuestro país, su identificación de ser posible a nivel de especie, la obtención de cepas puras homogéneas, ya sea a partir de esporas o segmentos de raíces, y su establecimiento en cultivos monoaxénicos de raíces transformadas. Así como la reproducción de su ciclo de vida completo con el objetivo de lograr la reinfección en plantas. Hasta la fecha se han aislado y mantienen in Vitro varias cepas de las provincias de Salta, Buenos Aires, Córdoba y Río Negro. El Banco de Glomeromycota In Vitro (BGI) permite la conservación y documentación de estas cepas autóctonas de nuestro país. “El estudio de la flora fúngica autóctona contribuye al conocimiento de la biodiversidad de los sistemas terrestres. Es prácticamente imposible entender el funcionamiento de un ecosistema si se desconocen los organismos que lo integran, las relaciones existentes entre éstos y sus roles dentro de la comunidad. Sólo conociendo nuestros recursos biológicos de manera coherente, podrán entonces desarrollarse estrategias de manejo racionales y planificadas de sus componentes, tanto bióticos como abióticos”.