Nombrar los cuerpos olvidados. Memorias de la violencia en la narrativa de Nona Fernández

PELLER, MARIELA

TestimonioS, GÉNERO Y AFECTOS. América Latina desde los territorios y las memorias al presente

Editorial Universitaria de Villa María (EDUVIM).

Lugar: Villa María; Año: 2022; p. 61 - 95

Este capítulo explora los modos en que las obras de Nona Fernández tejen espacios de resistencia al olvido de la violencia del pasado reciente chileno. Fernández es escritora, dramaturga y actriz. Nació en Santiago de Chile en 1971. Vivió su niñez y su adolescencia bajo la dictadura de Pinochet. Publicó las novelas Mapocho (2002), Av. 10 de Julio Huamachuco (2007), Fuenzalida (2012), Space Invaders (2013), Chilean Electric (2015) y La dimensión desconocida (2016). También es autora del libro de cuentos El cielo (2000) y de las obras de teatro El Taller y Liceo de Niñas, ambas estrenadas por su compañía La Pieza Oscura. Todas sus obras tratan, de modos más o menos explícitos, sobre la experiencia personal e histórica que fue haber crecido en dictadura, interrogándose sobre el pasado desde la posición renovada de las nuevas generaciones.Fernández utiliza estrategias formales que tensionan las formas de la memoria y el recuerdo, mediante procedimientos estéticos que cruzan los géneros narrativo, testimonial, ensayístico y autobiográfico. Las novelas, muchas veces estructuradas desde una perspectiva infantil, suelen contener escenas en las que los discursos circulan entre generaciones, produciendo un trabajo de rememoración que ubica como un punto central de la escritura la cuestión de la transmisión y los legados.Mediante de una estética de la nominación de los cuerpos (de aquellos cuerpos que Judith Butler denomina abyectos) Fernández elabora espacios de resistencia al olvido. Hace reaparecer cuerpos y nombres olvidados en las narrativas oficiales del pasado. Recupera cuerpos maltratados, cuerpos sin valor. Se trata de cuerpos socialmente ubicados en posición de subalternidad y precariedad: mujeres, niños, desaparecidos, estudiantes, asesinados, perturbados, maltratados, abusados. Esa estrategia de nominar cuerpos olvidados colabora en la producción de lo que Jacques Rancière entiende como escenas de disenso, hace visible y enunciable aquello que permanecía como puro ruido.Para llevar adelante ese trabajo ético-político de nominación, la ficción es una herramienta indispensable. La ficción es la figura que habilita aperturas hacia la comprensión de la historia, la elaboración de relatos alternativos y la transmisión entre generaciones. Fernández exhibe un fuerte compromiso ético como escritora y narradora,su proyecto de escritura se teje sobre un deseo de responsabilidad con respecto a los horrores del pasado reciente, que está acompañado por una fuerte creencia en el lenguaje y en la ficción como herramientas que pueden cambiarlo todo y permiten comprender el pasado para actuar mejor en el presente y en el futuro. Para rescatar las vidas olvidadas, parece sugerir Fernández con su obra, no alcanza con recordar y traer a la memoria, sino que se necesitan de las herramientas de la ficción: narrar, reescribir, inventar, imaginar, nombrar, visibilizar.(Ingresé un ISBN genérico porque aun no se encuentra tramitado)