La sobrenaturaleza como ágora trascendental

PACHILLA, PABLO NICOLÁS

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Jornada; XI Jornadas Nacionales de Antropología Filosófica; 2021

Universidad de Buenos Aires

En el marco de las posiciones “posnaturalistas” surgidas a partir del giro ontológico de la antropología, el presente trabajo pretende dar cuenta de un problema político señalado por Viveiros de Castro. Como han visto ya la antropología y la etología clásicas, cada comunidad (intra o interespecífica) tiene su propia naturaleza: cada naturaleza es patrimonio de una determinada cultura. La solución habitual consiste en postular una naturaleza de nivel superior que engloba las diferentes culturas –de ahí la idea de un “multiculturalismo”–. Dicha solución conlleva sin embargo una aporía, puesto que habría que postular entonces una cultura de segundo grado a la cual esa naturaleza pertenecería. Para evitar la regresión al infinito o el círculo vicioso, se suele alegar que la verdadera naturaleza es aquella que describe la Ciencia, siendo las otras meras representaciones (Latour, 1991). La hipótesis del presente trabajo es que dicha solución puede ser caracterizada como antipolítica en la medida en que, de cara a conflictos inter-comunitarios, apela a una objetividad que supone trascendente a los colectivos. Por el contrario, el perspectivismo amerindio, practicando otro tipo de universalización de lo particular consistente en sostener la ubicuidad de lo humano, se obstinaría en mantener la multiplicidad de naturalezas. Este multinaturalismo conlleva una permanente tensión existencial y política en la cual el encuentro con el otro define en cada caso quién es sujeto y, en consecuencia, cuál es la naturaleza. El concepto de sobrenaturaleza -permitiría repensar aquella naturaleza de segundo grado, no ya como el operador de una síntesis unificadora y despolitizante, sino como un espacio abierto de disputa: la sobrenaturaleza sería entonces ese ágora trascendental donde cada entidad intencional puede ganar o perder la batalla que decide la naturaleza de la naturaleza, pero también negociar trazando alianzas cosmopolíticas que permitan habitar la ajenidad de lo real.