La vida en el silencio de los órganos

AXEL CHERNIAVSKY

Feria; 38 Feria Internacional del Libro; 2012

Cuando intentamos pensar el tiempo, habitualmente lo hacemos en su estado puro. ¿Qué es el Tiempo?, preguntamos, con mayúscula y de modo indeterminado. ¿Pero no es esta pregunta la que lo vuelve inexplicable, como confesaba San Agustín? ¿Su esencia no se revela mejor, por ejemplo, en la experiencia amorosa? Cuando Henri Bergson le reprocha a la tradición filosófica el haber pensado el tiempo de modo abstracto, no se refiere simplemente al hecho de haberlo pensado como un medio homogéneo y divisible, en vez de como una dimensión heterogénea y continua. No se trata de que el tiempo sea aquello por lo cual una cosa se diferencia de sí misma, más no sea que por haber envejecido de un instante. Lo importante es que la percepción concreta del tiempo siempre remite a dos órdenes de cosas, dos series de fenómenos, dos pistas de eventos.