INVESTIGADORES
CHERNIAVSKY Axel Damian
congresos y reuniones científicas
Título:
Del aburrimiento divino. La experiencia de la eternidad en la Ética de Spinoza
Autor/es:
AXEL CHERNIAVSKY
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; II Coloquio Internacional Spinoza; 2005
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba
Resumen:
Del aburrimiento divino Sentimos y experimentamos que somos eternos. Deseamos, no comentar, ni siquiera interpretar, sino actualizar la famosa fórmula de Spinoza. Apropiárnosla. Pensar con conceptos spinozistas, pero con otra gramática. Las mismas fichas, nuevos movimientos. Creemos que las diversas posiciones teóricas de los comentadores e intérpretes respecto de esta fórmula oscilan entre dos actitudes, el misticismo y la desmitificación. Nadie que lea atentamente la definición 8 del De Deo puede confundir la eternidad con la inmortalidad, pero aun así puede leerse casi literalmente la proposición 23 del De Libertate: una parte del alma subsiste después de la muerte. En el otro extremo, otros demuestran que la experiencia de la eternidad no es mucho más que la conciencia de la propia necesidad, el conocerse adecuadamente, la práctica intuitiva o racional. Cualquier forma de vida después de la muerte nos resulta incompatible con el sistema de Spinoza. Por eso creemos que la experiencia de la eternidad debe ser una experiencia de y en la vida, paradójicamente temporal. Por otra parte, el conocerse adecuadamente o el saberse necesario, no es una experiencia, un sentimiento, sino justamente un conocimiento, un saber. Para respetar la riqueza de la fórmula, creemos que la experiencia de la eternidad debe ser una experiencia de y en la vida afectiva. Evitando caer en una forma de misticismo, pero desilusionados por la desmitificación, deseamos hallar una nueva forma de comprender la fórmula spinozista. ¿Qué afecto corresponde a la experiencia de la eternidad? ¿Cuál es el sentimiento que produce la experiencia de la eternidad? Por una vía osada –algunos versos de Baudelaire y una frase de Heidegger descontextualizada- desembocamos en la siguiente respuesta: el aburrimiento. Experimentamos la eternidad, sentimos que el tiempo no pasa, o mejor, que estamos fuera del tiempo, es decir, nos aburrimos. La osadía del camino se equilibra no obstante con la banalidad de la llegada: la crítica habitual de algunas éticas contemporáneas (pensamos en la de Bergson y Lévinas) consiste en dinamizar la felicidad. A la eternidad no se ha de aspirar, sino que de ella hay que huir. Comed del fruto prohibido, y seréis como hombres.