INVESTIGADORES
MELCHOR Ricardo Nestor
congresos y reuniones científicas
Título:
Reconstrucción pedosedimentaria de los depósitos loéssicos miocenos de la provincia de La Pampa
Autor/es:
GRACIELA VISCONTI; RICARDO NESTOR MELCHOR; ALDO MARTÍN UMAZANO
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; XII Reunión Argentina de Sedimentología; 2008
Institución organizadora:
Universidad de Buenos Aires
Resumen:
El análisis micromorfológico de una sucesión vertical de loess-paleosuelos permite efectuar reconstrucciones detalladas del balance entre pedogénesis y sedimentogénesis (Kemp, 2001). En este trabajo se realiza la reconstrucción pedosedimentaria de los depósitos loéssicos miocenos con paleosuelos intercalados correspondientes a la Formación Cerro Azul, estudiados en las localidades de Algarrobo del Águila y Cerro El Morro, situados al NO y SE de la provincia de La Pampa, separados unos 350 km. Algarrobo del Águila (sección superior de la sucesión) presenta paleosuelos poco desarrollados, separados por capas de loess sin modificación pedogénica evidente; refleja un clima más árido y una tasa de acumulación más alta entre los intervalos de formación de los suelos. Las características micromorfológicas detectadas son: microestructuras en canal y fábrica cristalítica en los intervalos superiores y fábrica moteada en mosaico en los inferiores, revestimientos arcillosos escasos y concentraciones calcíticas, tales como nódulos escasos e hiporevestimientos de canales. Por el contrario, en Cerro El Morro (sección baja de la sucesión), los paleosuelos están mejor desarrollados y las intercalaciones loéssicas son más delgadas, debido a la mayor humedad y a una menor tasa de sedimentación. Las características micromorfológicas identificadas son: microestructuras en cavidades y esponjosa, fábrica moteada en mosaico, abundantes hiporevestimientos arcillosos y nódulos de Fe/Mn asociados. Estos rasgos permiten profundizar las interpretaciones paleoedafológicas. La microestructura en canal refleja la acción de raíces (Zárate et al., 2000), mientras que la microestructura en cavidades revela actividad faunal. Los revestimientos arcillosos son indicativos de suelos bien drenados, formados bajo períodos sucesivos de condiciones secas y húmedas bajo climas estacionales. Algo semejante indican las concentraciones calcíticas, resultantes de crecimientos discontinuos y estacionales (Retallack, 1990). Los nódulos de Fe/Mn sugieren fluctuaciones en la capa freática. La coexistencia de estos nódulos con hiporevestimientos es común en molisoles bien drenados (Buol et al.,1991). La evolución pedosedimentaria comienza con sedimentación eólica y retrabajo ácueo ocasional, seguido por una fase de estabilidad relativa, que permite el desarrollo del suelo. La actividad de los organismos afecta a los horizontes superiores, mientras que la arcilla es iluviada desde el horizonte A al Bt. Luego, la tasa de sedimentación se incrementa aunque los procesos pedogenéticos continúan siendo activos, produciendo acreción vertical sobre la superficie. Inicialmente se produce la translocación de las arcillas desde los nuevos horizontes superficiales hacia los Bt y A preexistentes, originándose el soldamiento de los mismos, dando lugar al horizonte C del nuevo suelo. Esto se evidencia en aquellas capas identificadas en el campo como depósitos de loess que muestran revestimientos arcillosos producto de la translocación de las arcillas y actividad faunal. Como se sigue acumulando más material y se va produciendo la alteración pedogenética de carácter sindepositacional, este horizonte complejo soldado se modifica hacia arriba transformándose en un horizonte eluvial bioturbado, que sucesivamente se va enterrando y transformando en un horizonte iluvial. La acumulación disminuye cuando se establece una nueva etapa de estabilidad relativa de la superficie, permitiendo que dominen los procesos de translocación pedogénica y actividad de los organismos, posibilitando la modificación de la parte superior del complejo. Las oscilaciones de la capa freática se infieren a partir de las concentraciones de Fe/Mn y los rasgos de concentraciones calcíticas, principalmente los hiporevestimientos de Algarrobo del Águila, que implican un clima más seco. El ciclo vuelve a renovarse. Este ciclo se da preferentemente en Cerro El Morro y el sector inferior de Algarrobo del Águila. En el sector superior de este último perfil se acentúan las características micromorfológicas que indican mayor aridez, como la precipitación de carbonatos en nódulos y la formación de concentraciones calcíticas alrededor de canales. La evolución pedosedimentaria comienza con sedimentación eólica y retrabajo ácueo ocasional, seguido por una fase de estabilidad relativa, que permite el desarrollo del suelo. La actividad de los organismos afecta a los horizontes superiores, mientras que la arcilla es iluviada desde el horizonte A al Bt. Luego, la tasa de sedimentación se incrementa aunque los procesos pedogenéticos continúan siendo activos, produciendo acreción vertical sobre la superficie. Inicialmente se produce la translocación de las arcillas desde los nuevos horizontes superficiales hacia los Bt y A preexistentes, originándose el soldamiento de los mismos, dando lugar al horizonte C del nuevo suelo. Esto se evidencia en aquellas capas identificadas en el campo como depósitos de loess que muestran revestimientos arcillosos producto de la translocación de las arcillas y actividad faunal. Como se sigue acumulando más material y se va produciendo la alteración pedogenética de carácter sindepositacional, este horizonte complejo soldado se modifica hacia arriba transformándose en un horizonte eluvial bioturbado, que sucesivamente se va enterrando y transformando en un horizonte iluvial. La acumulación disminuye cuando se establece una nueva etapa de estabilidad relativa de la superficie, permitiendo que dominen los procesos de translocación pedogénica y actividad de los organismos, posibilitando la modificación de la parte superior del complejo. Las oscilaciones de la capa freática se infieren a partir de las concentraciones de Fe/Mn y los rasgos de concentraciones calcíticas, principalmente los hiporevestimientos de Algarrobo del Águila, que implican un clima más seco. El ciclo vuelve a renovarse. Este ciclo se da preferentemente en Cerro El Morro y el sector inferior de Algarrobo del Águila. En el sector superior de este último perfil se acentúan las características micromorfológicas que indican mayor aridez, como la precipitación de carbonatos en nódulos y la formación de concentraciones calcíticas alrededor de canales. et al., 2000), mientras que la microestructura en cavidades revela actividad faunal. Los revestimientos arcillosos son indicativos de suelos bien drenados, formados bajo períodos sucesivos de condiciones secas y húmedas bajo climas estacionales. Algo semejante indican las concentraciones calcíticas, resultantes de crecimientos discontinuos y estacionales (Retallack, 1990). Los nódulos de Fe/Mn sugieren fluctuaciones en la capa freática. La coexistencia de estos nódulos con hiporevestimientos es común en molisoles bien drenados (Buol et al.,1991). La evolución pedosedimentaria comienza con sedimentación eólica y retrabajo ácueo ocasional, seguido por una fase de estabilidad relativa, que permite el desarrollo del suelo. La actividad de los organismos afecta a los horizontes superiores, mientras que la arcilla es iluviada desde el horizonte A al Bt. Luego, la tasa de sedimentación se incrementa aunque los procesos pedogenéticos continúan siendo activos, produciendo acreción vertical sobre la superficie. Inicialmente se produce la translocación de las arcillas desde los nuevos horizontes superficiales hacia los Bt y A preexistentes, originándose el soldamiento de los mismos, dando lugar al horizonte C del nuevo suelo. Esto se evidencia en aquellas capas identificadas en el campo como depósitos de loess que muestran revestimientos arcillosos producto de la translocación de las arcillas y actividad faunal. Como se sigue acumulando más material y se va produciendo la alteración pedogenética de carácter sindepositacional, este horizonte complejo soldado se modifica hacia arriba transformándose en un horizonte eluvial bioturbado, que sucesivamente se va enterrando y transformando en un horizonte iluvial. La acumulación disminuye cuando se establece una nueva etapa de estabilidad relativa de la superficie, permitiendo que dominen los procesos de translocación pedogénica y actividad de los organismos, posibilitando la modificación de la parte superior del complejo. Las oscilaciones de la capa freática se infieren a partir de las concentraciones de Fe/Mn y los rasgos de concentraciones calcíticas, principalmente los hiporevestimientos de Algarrobo del Águila, que implican un clima más seco. El ciclo vuelve a renovarse. Este ciclo se da preferentemente en Cerro El Morro y el sector inferior de Algarrobo del Águila. En el sector superior de este último perfil se acentúan las características micromorfológicas que indican mayor aridez, como la precipitación de carbonatos en nódulos y la formación de concentraciones calcíticas alrededor de canales.