INVESTIGADORES
DUHALDE VEGA maite
congresos y reuniones científicas
Título:
LA EXPOSICIÓN CRÓNICA A BAJAS DOSIS DE ETANOL INDUCE CAMBIOS MORFOLÓGICOS EN EL CEREBRO DE LA RATA ADOLESCENTE QUE NO SE RECUPERAN COMPLETAMENTE NI SIQUIERA TRAS UN PERIODO DE ABSTINENCIA DE 10 SEMANAS
Autor/es:
MIROCHNIC, S; EVRARD, SG; DUHALDE VEGA, M; TAGLIAFERRO, AP; CALTANA, L; BRUSCO, A
Lugar:
Villa Giardino, Cordoba. Argentina
Reunión:
Taller; VII Taller Argentino de Neurociencias; 2005
Resumen:
En los seres humanos, el alcoholismo crónico causa cambios morfológicos en el cerebro. Es frecuente que el consumo de etanol (EtOH) comience durante la adolescencia, un período de la vida en el que el cerebro aún no ha terminado de madurar y desarrollarse. El EtOH daña a las neuronas, a la glía y a las relaciones que se establecen entre ellas (relaciones neurogliales). En especial, los cambios en los niveles de la proteína astroglial S-100b parecen estar involucrados en el daño neuronal. La proteína S-100b es un factor neurotrófico que estabiliza el citoesqueleto neuronal, induce la extensión de neuritas y el cambio de fenotipo neuronal de inmaduro a maduro, entre otras muchas acciones. En el presente trabajo evaluamos con métodos morfológicos los cambios producidos en la morfología de neuronas y astrocitos inmediatamente y mucho después del cese de una exposición baja pero prolongada al EtOH en animales adolescentes. Un grupo de ratas macho adolescentes de la cepa Wistar fue expuesto al EtOH 6,6% v/v en el agua de bebida durante 6 semanas y se las estudió inmediatamente tras la exposición o (a otro grupo) tras un período de recuperación de 10 semanas durante el cual bebieron solamente agua. Los animales del grupo control siempre bebieron agua. Para evitar posibles alteraciones derivadas de cambios nutricionales, ambos grupos fueron alimentados en forma apareada con alimento estándar para roedores de laboratorio. Tras anestesiar y fijar por perfusión a los animales se cortaron sus cerebros con un vibrátomo y las secciones obtenidas se procesaron por inmunohistoquímica usando anticuerpos primarios contra: a) la proteína gliofibrilar ácida (GFAP, la principal proteina del citoesqueleto astroglial); b) la proteína S-100b (que es secretada por el astrocito tras el estímulo de sus receptores 5-HT1A); c) la proteína asociada a microtúbulos tipo 2 (MAP-2; expresada predominantemente en las dendritas maduras y estabilizada por la S-100b); d) los neurofilamentos de 200 kDa (Nf-200; otra proteína del citoesqueleto neuronal maduro estabilizada por la S-100b); e) la isoenzima óxido nítrico sintetasa neuronal (nNOS; relacionada con la serotonina, con el glutamato y los receptores NMDA y, por esta vía, con el efecto directo del EtOH que es un bloqueante de estos receptores); y f) la serotonina (5-HT; un neurotransmisor clásico, presente tempranamente en el desarrollo, con acciones neurotróficas, que estimula la liberación de la S-100b desde los astrocitos y es alterada por el consumo de EtOH). Por medio del análisis de imágenes obtenidas por microscopía de luz, estudiamos tres áreas prosencefálicas relacionadas estrechamente con muchas habilidades cognitivas (el área CA1 del hipocampo –Hipp–, el cuerpo estriado –Strt– y la corteza frontal –CzF–) y los núcleos serotoninérgicos dorsal y medial del rafe mesencefálico (NDR; NMR) que inervan las áreas mencionadas. En las tres áreas prosencefálicas estudiadas (Hipp, Strt y CzF) se observó: i) el área celular de los astrocitos GFAP+ aumentó tras la exposición al EtOH y tendió a retornar, tras la abstinencia, a niveles similares a los de los controles; ii) la proteína S-100b inmunoreactiva (-ir) del citoplasma astroglial y el área relativa de las fibras MAP-2+ y Nf-200+ disminuyó con la exposición y se recuperó parcialmente tras la abstinencia. En el Strt y en la CzF, la nNOS-ir no varió tras la exposición crónica pero disminuyó luego de la abstinencia prolongada. La 5-HT-ir disminuyó en las células del NDR y se recuperó tras la abstinencia, mientras que en el NMR no se observaron cambios significativos. En conclusión: tras una exposición crónica de bajo nivel al EtOH, dejar de beber puede recuperar la morfología de las neuronas y la astroglía alterada por el EtOH en el cerebro de ratas adolescentes. Pero aunque el período de abstinencia sea incluso más prolongado que el de exposición (10 vs 6 semanas), la recuperación es sólo parcial y no logra restaurar la morfología normal de las neuronas y los astrocitos hasta el nivel basal previo. En particular, es interesante destacar que los cambios morfológicos hallados en las ratas, en la expresión de la MAP-2 en las dendritas de la CzF, podrían justificar especulativamente la irreversibilidad parcial del daño cognitivo producido por el EtOH en el cerebro de los adolescentes humanos (demencia alcohólica y otros trastornos cognitivos relacionados con el EtOH como el síndrome de Wernicke y la psicosis de Korsakoff). Una vez establecido el daño, aunque se deje de beber, la recuperación no es total.