El dispositivo-museo y el fin de la era de la estética

COSTA, FLAVIA

Santiago de Chile (Chile)

Otro; Seminario Internacional Giorgio Agamben: Teología política y Biopolítica; 2009

Universidad Diego Portales y Universidad De Chile

Desde su primer libro, El hombre sin contenido (1970), hasta la serie Homo sacer, aun en proceso, Giorgio Agamben se interroga acerca de si existe, y qué significa, la "obra" del hombre. En una época que ha reducido el obrar, tanto artístico como político, a un movimiento vital biológico, Agamben se pregunta si existe para el viviente humano la posibilidad de devenir forma-de-vida libre: no esclava, no servil, tampoco soberana. Desde la perspectiva de la estética, esta pregunta sobre la “vida y obra” del hombre asume en nuestro autor la forma de dos diagnósticos y una reivindicación. Por un lado, la denuncia acerca de la destrucción de la experiencia; esto es, la imposibilidad, para el hombre contemporáneo, de tener y transmitir experiencias. Por otro lado, la hipótesis de que el mundo está siendo convertido en un museo recorrido por espectadores-turistas. El museo aparece aquí como un dispositivo privilegiado del capitalismo espectacular, cuya principal función consiste en crear un espacio separado donde se captura la posibilidad de usar libremente las cosas. Finalmente, la reivindicación de una estrategia, la profanación, y de un modo de obra sólo en apariencia paradójico: la inoperosidad, o también la obra potencial, que no se reduce a su puesta en acto sino que, en esa puesta, actualiza su potencia sin agotarla. Agamben la llama también “potencia-de-no”, la potencia en su dimensión contingente. En esta estrategia, de la que nos ocuparemos al final del texto, cifra Agamben la posibilidad de una comunidad y también una filosofía venideras.