El pensamiento como forma de vida

COSTA, FLAVIA

Buenos Aires

Jornada; Jornadas Giorgio Agamben. Homo sacer 1995-2015; 2015

CONICET, IDAES-UNSAM, Centro de Investigaciones Filosóficas

El ciclo Homo sacer, iniciado en 1995 con "HS1, El poder soberano y la nuda vida" y finalizado con la publicación en 2014 de "HS4.2, El uso de los cuerpos", irrumpe en la atmósfera cultural y filosófica de finales del siglo XX con la contundencia de un pensamiento tan inquietante como incómodo. Inquietante, porque obligaba al lector no avisado a despertarse de la quietud, del letargo letal de las voces del entonces Global New Order político e intelectual, azotado por risibles, pero no por eso inocuos, hipnotizadores de masa, para citar a uno de los invitados internacionales de estas Jornadas. Incómodo, porque venía a dislocar y poner en cuestión muchas de las categorías centrales a través de las cuales se venía pensando una "salida de la crisis". Desde la introducción misma a este primer volumen del ciclo, señalaba, así, por ejemplo, la "tesis de una íntima solidaridad entre democracia y totalitarismo". Tesis que, según Giorgio Agamben, debía ser "mantenida en el plano histórico filosófico que le es propio" porque, según nuestro autor, "sólo ella puede permitir que nos orientemos frente a las nuevas realidades y las imprevistas convergencias de este final de milenio" y conducirnos hacia una política nueva. Lo que podía entreverse ya a comienzos de la serie, a través y más allá de aquel escenario mesmérico del "Fin de la Historia", del "Fin de los grandes relatos" o del "Fin de las divisiones derecha-izquierda", tal como señalaba Agamben, era la posibilidad de (1) una refundación de la política a través de una crítica radical de la estatalidad soberana y (2) la hipótesis de una salida por la vía de una política desligada del derecho. Un desligamiento que en El uso de los cuerpos se conceptualiza como "destitución", pero que a lo largo del ciclo, y en un contexto menos político y más estrictamente ético, se pensó como profanación, o bien, en el marco filosófico-ontológico: forma-de-vida inoperosa y uso. Abordaré aquí, particularmente, un aspecto de la segunda de estas dos grandes propuestas agambenianas: la apuesta por una nueva política de la vida que pone en el centro de la cuestión al pensamiento en tanto que forma de vida potencial, como vida de la potencia. Pensamiento no entendido como el ejercicio individual de un órgano o de una facultad mental, sino como experiencia común que tiene por objeto el carácter potencial de la vida y de la inteligencia humanas. Sobre el final, pondré esta noción de pensamiento en la serie de los términos técnicos con los que, en el final de la serie y tras veinte años de trabajo --que implicaron, además del desarrollo y la profundización en algunos términos, el abandono de otros-- Agamben delimita su propuesta de una forma-de-vida política radicalmente nueva.