Avances del estudio de caso museo-taller Ferrowhite, en Ingeniero White, Bahía Blanca”

COSTA, FLAVIA

Instituto de Desarrollo Humano (IDH), Universidad Nacional de General Sarmiento, prov. de Buenos Aires

Jornada; II Jornadas Interdisciplinarias de Discusión (Ex)Centricidades Culturales y Artísticas; 2009

Carrera de Cultura y Lenguajes artísticos

Pesento aquí los avances de mi estudio del caso del museo-taller Ferrowhite, en Ingeniero White, Bahía Blanca. Se trata de un ejemplo de lo que en otro trabajo definí como “ecología relacional”: por un lado, manifestación cultural y estética que “hace uso del arte para dar cuenta de una causa colectiva”; por otro, paradigma de un nuevo género que profundiza los objetivos crítico-políticos que desde los años 60 caracterizaron el arte de instalación, y en este caso se realiza a partir de, pero también en tensión con, el Estado.FW funciona en un predio que fue el antiguo taller de mantenimiento de la hoy desmantelada usina General San Martín, donde hasta mediados de los 90 se hacían las reparaciones del ferrocarril y desde 2003 aloja pequeñas piezas ferroviarias recuperadas por los trabajadores durante la privatización y el desguace de los trenes. Para saber cómo se utilizaban esas herramientas, y para reconstruir la historia de quienes las utilizaban, los trabajadores del museo empezaron haciendo entrevistas a los ex-ferroviarios. Enseguida notaron que mucho “quedaba afuera”; entonces decidieron trabajar en experiencias de video y teatro documental con personas vinculadas al trabajo ferro-portuario, poniendo su vida en escena. En los diferentes proyectos participan vecinos, directores y actores de teatro y el equipo del museo. En marzo pasado, en el marco de ese proceso, lograron inaugurar la “Rambla de Arrieta”, convirtiendo un descampado lindero en un paseo público. Según los integrantes de FW, el proyecto es transformar la zona que rodea la monumental usina en “un lugar de encuentro, cultura y memoria de la comunidad de Ingeniero White”. Me propongo reflexionar sobre los riesgos de mantener una definición vagarosa de aquellas manifestaciones estéticas denominadas “colaborativas”, “participativas” o “relacionales”, contra lo cual propongo una definición analítico-formal del género “relacional”. En segundo lugar, comentaré por qué inscribo este caso en el género “ecologías relacionales”, y propondré una reflexión sobre el lugar del arte en este clase de museos de "patrimonio".