La técnica y el tiempo. Progreso, aceleración, intensificación

COSTA, FLAVIA

La Biblioteca

Biblioteca Nacional de la República Argentina

Lugar: Buenos Aires; Año: 2007 p. 116 - 129

0329-1588

En las últimas décadas, asistimos a la difusión extendida de tres creencias aparentemente incompatibles acerca del impacto de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la percepción y en la experiencia del tiempo. Una de ellas es la percepción de estas tecnologías como “apertura hacia el futuro” y promesa de progreso; como parte de un proyecto de expansión autocreativa progresiva e incesante de la humanidad, con el horizonte de un futuro in-finito e in-finalizable (Zschimmer, Dessauer, Sloterdijk). La segunda, opuesta y complementaria a lo anterior, señala a la técnica en general y las nuevas tecnologías en particular, como manifestaciones de una voluntad de programación y cierre o neutralización de las posibilidades abiertas del futuro, que se percibe como destino inescapable: una proyección–programación que busca circunscribir lo que advendrá (sus dosis de azar, de indeterminación) a una idea o diseño previo (Heidegger, Schmucler). Finalmente, la que advierte un “presente permanente”, en la medida en las tecnologías que han posibilitado la transmisión de información en tiempo real (la toma directa de los medios audiovisuales, pero también la conexión instantánea de las redes informáticas) han llevado a diversos autores (Virilio, Hobsbawm, Lachman, Mészáros) a considerar que la experiencia contemporánea del tiempo es la de un “continuum”, un “tiempo sin relación con el tiempo histórico” que aplana las dimensiones del pasado y el futuro. La experiencia del tiempo es, según esta perspectiva, la de un falso-día inacabable que, al anular las trayectorias gracias a la transmisión de información a la velocidad de la luz, pone en suspenso el tiempo eliminando distancias, volviendo instantáneos los desplazamientos y provocando fuertes descontextualizaciones. Propongo aquí que estas tres hipótesis no son incompatibles, sino complementarias. Y que se relacionan con tres modalidades coexistentes –y conflictivas– de experiencia del tiempo en la era de las “formas tecnológicas de vida”: progreso, aceleración e intensificación.