INVESTIGADORES
MIRANDA leandro Andres
congresos y reuniones científicas
Título:
Fisiología de la Reproducción de peces de agua dulce. El pejerrey (Oodontesthes bonariensis) como modelo de desovador múltiple
Autor/es:
MIRANDA LA
Reunión:
Congreso; VI Congreso Colombiano de Acuicultura; 2014
Institución organizadora:
Instituto de Acuicultura de los Llanos
Resumen:
Fisiología de la Reproducción de peces de agua
dulce. El pejerrey (Oodontesthes
bonariensis) como modelo de desovador múltiple.
L. A. Miranda
Laboratorio
de Ictiofisiología y Acuicultura, IIB-INTECH (CONICET-UNSAM). Chascomús, Buenos
Aires, Argentina.
lmiranda@intech.gov.ar
Resumen
El
pejerrey bonaerense, Odontesthes
bonariensis (Atheriniformes) es una de las especies ícticas de agua dulce
más importantes de Argentina, y debido a su importancia económica, es un buen
candidato para el desarrollo de su cría comercial. El pejerrey es originario de
las aguas continentales de la región Pampeana de la provincia de Buenos Aires y
posteriormente fue introducido en otras provincias argentinas, así como también
en diferentes países, con propósitos de acuicultura y pesca deportiva. La
explotación comercial y/o deportiva del
pejerrey, está basada en su producción
en los ambientes naturales, por lo que las
medidas de sustentabilidad del recurso deben determinarse a partir del correcto manejo de sus
poblaciones.
El
pejerrey es un desovador múltiple que presenta una marcada estacionalidad en su
reproducción, habiéndose descripto en su ambiente natural dos períodos
reproductivos, uno principal durante la primavera y otro menos importante
durante el otoño. Tanto en machos como en hembras, el desarrollo gonadal está
influenciado por el fotoperiodo y la temperatura del agua. Se observó que el
incremento del fotoperiodo (a partir de 11 h de luz) conjuntamente con el incremento
de la temperatura (a partir de 10 ºC), marcarían el inicio del desove al
finalizar el invierno con un pico en la puesta a mediados de primavera durante
el mes de octubre (13 h luz y 18 ºC). Por otro lado, el aumento de la
temperatura (con valores que superan los 21 ºC) a fines de la primavera
marcaría la finalización de esta etapa reproductiva. La gametogénesis
permanecería interrumpida mientras la temperatura se mantenga elevada durante
el verano. Después de esta estación las hembras comenzarían la vitelogénesis
recién cuando la temperatura del agua descienda hasta valores permisivos
durante el otoño y que el proceso de maduración y desove se interrumpiría por
el decremento del fotoperiodo ocurrido durante el transcurso de dicha estación.
En base a ello podríamos sugerir que la existencia o no del pico de desove
otoñal en una determinada población podría depender principalmente de las
condiciones térmicas del cuerpo de agua.
La
señal de corte del desove por sobre los 21 ºC se debería fundamentalmente a una
disminución significativa de los niveles plasmáticos de esteroides sexuales, lo
cual generaría una disrupción en los estímulos que dichas hormonas ejercen
sobre el eje cerebro-hipófisis-gónada para promover el desarrollo gonadal y el
desove. Es interesante notar en el caso particular de las hembras, que una
inhibición de la expresión génica de la P450arom gonadal fue inducida por altas
temperaturas independientemente de la estimulación hipofisaria, lo cual sugiere
a dicha enzima como blanco principal de la temperatura durante el mecanismo
endócrino de disrupción térmica de la gametogénesis en hembras.
Otra
característica que posee el pejerrey bonaerense relacionada a la temperatura
del agua, es que determina el sexo dependiendo de la temperatura del agua
durante las primeras semanas de vida. En este sentido, altas temperaturas (29
ºC) darán lugar a un 100% de machos y bajas temperaturas (17 ºC) a un 100% de
hembras, en tanto que temperaturas intermedias (23-25 ºC) darán lugar a una
relación de sexos cercana a 0,5. Es interesante notar que esta última
característica, sumaría una nueva complejidad en el estudio de los posibles
efectos de la variabilidad climática y/o
calentamiento global sobre las
poblaciones naturales de pejerrey.
En
cuanto a la endocrinología reproductiva del pejerrey, numerosos avances se han
desarrollado en los últimos años en el estudio de las hormonas implicadas en la
regulación de su reproducción. En este sentido, se ha caracterizado la
identidad y la localización anatómica de las tres variantes de hormona
liberadora de gonadotrofinas: GnRH-I o pejerrey GnRH, GnRH-II o chicken GnRH-II
y GnRH-III o salmón GnRH en el cerebro y de las tres subunidades de gonadotrofinas
(GPH-α, FSH-β y LH-β) en la hipófisis. También se han caracterizado
molecularmente los dos receptores de gonadotrofinas (R-FSH y R-LH), así como
también algunas de las enzimas implicadas en la síntesis de esteroides
sexuales, como la aromatasa P450arom gonadal (cyp19a1a) y cerebral (cyp19a1b) y
la 11β-hydroxyesteroide dehydrogenasa (11-β HSD).
En relación a la regulación endócrina
del ciclo gonadal, hemos observado que los estadios más tempranos de la
gametogénesis (a partir de alveolo cortical en hembras y de espermatogénesis
inicial en machos) estuvieron asociados en general a una regulación vía
FSH/R-FSH, habiendo sido relacionado ello con la síntesis de estradiol (E2)
en hembras y 11-cetosterona (11-KT) en machos. Por otra parte los estadios finales de maduración fueron
asociados principalmente a GnRH-I, LH/R-LH, observándose a su vez indicios de
un cambio de la vía esteroidogénica posiblemente hacia el esteroide inductor de
la maduración. Es importante remarcar la correlación encontrada entre los
esteroides sexuales y la expresión génica tanto del R-LH gonadal como de la
P450arom cerebral durante la vitelogénesis. Este último resultado en conjunto
con la información disponible hasta el presente, sugieren que los esteroides
sexuales, el R-LH y la P450arom cerebral podrían estar involucrados en la integración
de las señales entre la gónada y el cerebro para coordinar los eventos finales
de maduración. Bajo este último marco hipotético se abrirían nuevas e
interesantes líneas de investigación.
Palabras clave: Acuicultura, aterínidos, eje
endócrino reproductivo, maduración gonadal, señales ambientales.
Agradecimientos: Este trabajo
se realizó con subsidios otorgados a LAM (AMPCyT PICT 2012-1537 y CONICET PIP 1560/12).