INVESTIGADORES
PERAL GARCIA Pilar
congresos y reuniones científicas
Título:
Buscando el ancestro africano del bovino criollo: análisis del ADN mitocondrial del sur de África
Autor/es:
GIOVAMBATTISTA G, O. HANOTTE, JP LIRÓN, S MACIEL, DM POSIK, A ROGBERG MUÑOZ, MV RIPOLI, P PERAL GARCÍA
Lugar:
Tucumán. Argentina
Reunión:
Congreso; XXXVIII Congreso Argentino de Genética; 2009
Institución organizadora:
SAG
Resumen:
Los bovinos fueron introducidos por primera vez al continente americano en el año 1493
expandiéndose desde las islas del Caribe hacia el resto del continente y originando a las diferentes
razas criollas. En base a que se han detectado dos sub-haplogrupos mitocondriales africanos en los
bovinos criollos, se han propuesto dos posibles rutas de ingreso: 1. a través de la península ibérica, y 2.
siguiendo las rutas del comercio de esclavos. Con el objetivo de establecer si los barcos procedentes
del sur de África con esclavos pudieron traer también bovinos, se caracterizó la variabilidad genética
del ADN mitocondrial en 4 razas bovinas nativas de Mozambique y Sudáfrica. Se analizó el
polimorfismo presente en un fragmento de 240 pb del D-loop en 59 animales mediante PCRsecuenciación
directa. La diversidad genética se estimó mediante el número de haplotipos, el número
de sitios polimórficos, el número de diferencias nucleotídicas tomadas de a pares y el índice de
diversidad nucleotídica, mientras que el análisis filogenético se realizó mediante el programa Network
4.1.1.2. Dicho análisis permitió detectar entre nueve y catorce haplotipos por raza pertenecientes al
haplogrupo africano T1, sub-haplogrupo T1*; no encontrándose el sub-haplogrupo T1a. Las
secuencias detectadas presentaban un total de 18 sitios polimórficos y una diversidad nucleotídica
entre 0,009 y 0,014, mientras que la diferencia media tomado de a pares medida resultó ser entre 2,283
y 3,276. En conclusión, los estudios realizados permiten demostrar que las poblaciónes caracterizadas
presenta un elevado nivel de diversidad genética mitocondrial, y que muchos de los haplotipos
detectados son compartidos entre ellas. Sin embargo, la ausencia del sub-haplogrupo T1a
característico de los criollos americanos no permite sostener la hipótesis del origen directo desde esa
región de África.