Los carbones de los sitios arqueológicos y los restos de vegetales de las deyecciones de roedores del árido mendocino como bioindicadores paleoambientales y culturales

BÁRCENA, R.; DACAR, M.; GARIBOTTI, I.A.; MONGE, S.

Mendoza, Argentina

Jornada; XXV Jornadas Argentinas de Botánica; 1996

Sociedad Argentina de Botanica

Investigaciones arqueológicas en el noroeste de la provincia de Mendoza develaron yacimientos cuyo registro corresponde a diversos momentos del proceso cultural regional, de los cuales abordamos el período de la dominación incaica local (fines del siglo XV, principios del siglo XVI A.D.) (Bárcena, 1988, 1994). La excavación sistemática de los sitios incaicos, especialmente las del tambo de Ranchillos (sito en las estribaciones surorientales del Cordón del Tigre – Uspallata), permitió reconocer, entre otros, estructuras de combustión cuyos carbones fueron conservados para estudios antracológicos, mientras otra parte se dedicaba a obtener dataciones radiocarbónicas (Couvert, 1970; Roig y Bárcena, 1994; Bárcena 1995). El área es propicia a la ve para el hallazgo de depósitos de deyecciones “ambarificadas” de Abrocoma sp., las que pueden cronologizarse también con C14 e investigarse para identificar restos botánicos de la ingesta o relacionados con la etología del roedor (Betancourt et al., 1990). Nuestra contribución trata de la confluencia disciplinaria de los estudios paleobotánicos y arqueológicos, a través de la identificación taxonómica de los carbones por sus estructuras anatómicas (varias especies reconocidas), producto de la combustión intencional con fines culturales, y de la identificación de macro y microrestos, especialmente botánicos (varios géneros reconocidos por los epitelios), en deyecciones cronologizadas (principios del siglo XVII A.D. y la actualidad) y relacionadas espacialmente con el yacimiento arqueológico. Las determinaciones botánicas del contenido de las deyecciones enriquecen la paleomuestra y complementan las especies determinadas por la antracología. Concluimos sobre la inexistencia de cambios relevantes en la vegetación del área en los últimos quinientos años, a la vez que nos referimos a cuestiones en torno a la selectividad cultural –antrópica- y natural –etológica animal-.