BECAS
DECIMA Debora Leticia
congresos y reuniones científicas
Título:
LA CONSTRUCCIÓN DE LA VISIÓN DEL OTRO COMO ESTRATEGIA PARA LA (DES)IGUALDAD
Autor/es:
DECIMA DEBORA
Lugar:
Paraná
Reunión:
Congreso; XIII Bienal del Coloquio de Transformaciones Territoriales : estrategias territoriales ante problemáticas globales en escenarios de incertidumbre, fragmentación y desigualdad social.; 2021
Institución organizadora:
Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM). Universidad Nacional de Entre Ríos
Resumen:
El Gran San Miguel de Tucumán (GSMT) constituye una ciudad intermedia del noroeste argentino, fragmentada, con asentamientos informales que padecen fenómenos de exclusión, estigmatización y marginación, profundizando sus condiciones de vulnerabilidad. A lo largo del proceso de conformación del actual GSMT, las villas y asentamientos informales se desarrollaron de manera precipitada tomando gran impulso desde la migración campo-ciudad derivada del cierre masivo de los ingenios azucareros (Pucci, 2007; Bolsi y Paolasso, 2009), lo cual significó un quiebre para quienes dependían directa o indirectamente de la economía azucarera, afectando la estructura productiva de la provincia de Tucumán durante las décadas de 1960 y 1970. Posteriormente, desde finales de 1980 se identifica un significativo crecimiento espacial y poblacional de los asentamientos informales, ya vinculados a la migración intraurbana de grupos sociales empobrecidos, como resultado del predominio de políticas neoliberales. A expensas del aumento de barrios promovidos desde el Estado dirigidos a sectores populares, desde el 2003 en adelante disminuye el crecimiento sostenido de los asentamientos informales (Boldrini, 2018), no obstante, estos barrios mantienen problemáticas de profunda vulnerabilidad en su nuevo espacio (Gómez López, Cuozzo, Boldrini, 2015). Este proceso de conformación del actual GSMT produjo una mayor concentración espacial de la pobreza, con estos sectores asentados en territorios caracterizados por deficientes condiciones materiales, de servicios y ambientales para el asentamiento del ser humano. Al tiempo que, entrampados bajo las formas capitalistas del mercado de trabajo, los sujetos sufren condiciones de desinserción o precariedad laboral, lo que genera mayores privaciones en estos a la hora de la satisfacción de las necesidades (Del Castillo, 2012). Es entonces que, estos sujetos resultan incluidos precariamente en las metrópolis, sin posibilidad de acceso a la toma de decisiones políticas de impacto en su medio cercano. Promoviendo una situación estructural que se reproduce intergeneracionalmente, constituyendo un fenómeno de exclusión material y simbólica. Con la misma atención que reviste analizar lo material, en este trabajo las representaciones sociales que intervienen en el orden de las fronteras simbólicas constituyen un aspecto central en la comprensión de las modalidades que operan al instalar y sostener las condiciones de desigualdad. Tal como afirma Grimson (2011), la pobreza y la desigualdad son creaciones humanas contingentes, lo que da lugar a la marginalidad física, y a partir de allí la marginalidad simbólica. Ambas producto de un proceso dialéctico en donde el sujeto es producido por el medio, a la vez que productor del mismo (Quiroga, 2001). Las fronteras simbólicas que existen entre los sujetos, también son creaciones humanas, producto de las diferencias y las categorizaciones. Fronteras que naturalizamos, y que existen “… porque no están siendo cruzadas por quienes ‘deben’ permanecer del otro lado del muro” (Grimson, 2011: 197). Las clasificaciones existen, e interactúan con los sujetos clasificados, quienes se identifican a sí mismos, a la vez que identifican a los otros. Este proceso, en un contexto histórico específico, permite al sujeto producir y reproducir representaciones sociales, al punto de estigmatizar, ser estigmatizado, y contraestigmatizar. Esas formas de ver y ser en el mundo, se convierten en prácticas sociales, objetos materiales y simbólicos, se tipifican, y a partir de allí las sociedades se organizan. Desde esta lógica, los asentamientos informales representan barrios doblemente cerrados. Porque a diferencia de los countrys, donde su cerramiento significa que los foráneos no pueden entrar, en el asentamiento informal el foráneo no puede –no quiere- ingresar al barrio por temor, pero quienes allí viven tampoco pueden –quieren- salir del barrio, puesto que la frontera simbólica de la estigmatización imposibilita la supervivencia por fuera de mismo. Tales modos de percepción, significación y acción, producidos históricamente, resultan en discursos, traducidos en prácticas textuales, discursivas y sociales (Fairclough, 1996). Se trata de ideas muy poderosas, materializadas, actuadas, hechas cuerpo (Grimson, 2011). Ideas que se convierten en ideologías, presentes en el escenario de la vida cotidiana. Allí, donde se evidencia la reproducción de la ideología dominante por parte del orden jurídico-institucional, reforzado mediante los medios de comunicación de masas (Dorfman, Mattelart, 2010). Todo orden social necesita producir sujetos que reproduzcan esa ideología dominante sin cuestionarla (Quiroga, Racedo, 1995). Entonces, dicha ideología se presenta ante los sujetos como dada, naturalizada, y reforzada por los medios de comunicación hegemónicos, cuya tarea consiste en exaltar unos aspectos y ocultar otros (Vinelli, 2014). Los sectores populares –sin posibilidad de réplica- resultan víctimas de tales discursos, que representan la cotidianeidad de estos barrios exclusivamente en relación a hechos delictivos, de inseguridad, venta y consumo de drogas, homicidios, entre otras categorizaciones negativas, promoviendo la exclusión material, a la vez que simbólica. Esos relatos mediáticos funcionan como correas de transmisión de los intereses de las clases dominantes, a través de fenómenos funcionales a la fragmentación social, la persuasión de la pasividad de los sujetos y el sostenimiento de procesos de conservación de las formas de hegemonía (De Moraes, et. al, 2013). Dichos fenómenos o lógicas comunicacionales van desde la prensa, denominada por Gramsci (2006) como la parte más dinámica de la superestructura ideológica de las clases dominantes; hasta el rumor, definido por Quiroga (2001) como interpretación fantaseada de los hechos que llena un vacío de información, escenificando un miedo o un deseo, posible de penetrar en la subjetividad del sujeto para socavar su resistencia. Se trata de un intercambio desigual con varios tipos de poder: el poder político, el poder intelectual, el poder cultural, el poder moral (Said, 1978). Es una construcción, que en ocasiones tiene menos que ver con el barrio pobre, con el marginal, que con la sociedad. El dominio de medios de comunicación ligados a sectores de poder (Gramsci, 2002), sumado al dominio de los discursos que circulan en las distintas instituciones -escuela, iglesia, partidos políticos, fuerzas de seguridad-, obstaculiza la circulación completa de la información (De Moraes, Ramonet, Serrano, 2013), lo que promueve el miedo a la diferencia, donde el otro se configura como una amenaza. Política de una guerra entre culturas (Grimson, 2011), que deriva de la política cultural de la incomprensión, dando lugar a la sensación de inseguridad. Las personas temen cruzar los muros, materiales y simbólicos. Y, al evitar las zonas limítrofes, las presencias de la alteridad, las políticas de la inseguridad se refuerzan. Con el objetivo de construir ese otro, desconocido, como el enemigo. Este fenómeno dificulta el desarrollo de procesos sociales contra-hegemónicos, atenta contra la articulación entre sectores sociales, imposibilitando la integración en el seno de las comunidades, al momento de producir mejoras en el hábitat de manera participativa. La manera en que miramos siempre es una construcción, las formas de mirar donde no tenemos certezas siempre recae sobre algún otro, y de allí la alteridad. Entonces, cabe preguntarse ¿cuáles son las modalidades en que se van creando esas representaciones sociales sobre/de otros? ¿Cuáles son las modalidades a partir de las cuáles se construyen los discursos de la alteridad? Este trabajo se propone analizar y comprender el entramado discursivo a partir del cual se construye ese otro, habitante del asentamiento informal, como estrategia de exclusión y sostenimiento de las condiciones de desigualdad, por parte de los sectores de poder. En este contexto, los casos de estudio seleccionados para este trabajo son los barrios Costanera Norte y Diagonal Norte, ambos considerados villas miseria de acuerdo a su período de conformación, aunque presentan un entorno urbano y desarrollo de sus condiciones de vida muy diferentes. El barrio Costanera está localizado sobre un área degradada, contaminada, en el margen del río Salí, con población mayormente perteneciente a sectores medios y populares y primacía en la localización de asentamientos populares. El barrio Diagonal Norte se encuentra ubicado en el municipio Yerba Buena, que aglutina la mayoría de las urbanizaciones cerradas del GSMT, asentado en medio de la zona caracterizada por el uso orientado a sectores de elevado poder adquisitivo. Se propone trabajar los casos de estudio mediante el desarrollo de una estrategia de investigación mixta, cuantitativa y cualitativa. Por un lado, se procede a la recopilación, sistematización, categorización, clasificación y análisis de publicaciones de páginas webs donde ambos barrios son mencionados, pertenecientes a medios de comunicación hegemónicos y medios de comunicación alternativos de la provincia de Tucumán. Por otro lado, se procede al desarrollo del trabajo de campo en cada barrio, con observación in situ, mediante técnicas de observación con participación (Souza Minayo, 2004; Yuni y Urbano, 2003; Guber, 2001 y 2009; Taylor y Bogdan, 1990), y entrevistas semi-estructuradas en profundidad (Mercadé F. 1986; Taylor y Bogdan, 1984) a actores claves de los procesos estudiados, pertenecientes al sector comunitario, público, privado. A partir de la información obtenida, se planea indagar sobre: 1)- Lo que los medios de comunicación de masas (hegemónicos, del Estado y alternativos) dicen sobre cada barrio; 2)- Lo que los habitantes de cada barrio dicen sobre su propio territorio; 3)- Lo que los habitantes de cada barrio creen que los otros piensan sobre ellos y su territorio. Esto permite evidenciar diferentes modalidades en la construcción de las representaciones sociales en torno a cada lugar, y la puesta en circulación de distintos discursos, según de qué medio de comunicación se trate: medios de comunicación hegemónicos = barrio negativo; medios de información del Estado = barrio homogéneo; medios alternativos = barrio habitado por sujetos sociales en un contexto. Y, por ende, la relación que guardan con las lógicas de sostenimiento o transformación de las condiciones de igualdad.