Estrés y salud en adultos mayores cuidadores de enfermos crónicos.

TARTAGLINI, M. F.; HERMIDA, P.D.; CARUSO, D.; FELDBERG, C.; STEFANI, D.

Montevideo

Congreso; VI Congreso Uruguayo de Gerontología y Geriatría - Foro Latinoamericano de Envejecimiento Activo ?III Encuentro Interdepartamentalde Gerontología y Geriatría -?Cuidando a nuestros mayores?; 2014

SUGG

El envejecimiento de la población mundial es un proceso intrínseco a la transición demográfica. Durante los últimos 60 años, en Argentina,  la pirámide poblacional ha sufrido considerables modificaciones en su estructura.  En la actualidad, el porcentaje de adultos mayores de 65 años es del 10.2% y, en particular, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires presenta el porcentaje más alto de este grupo etáreo (17%), considerándose la población más envejecida del país (INDEC, 2011). En forma paralela  a dicho aumento,  se observa el crecimiento de  índices de prevalencia de enfermedades causadas, fundamentalmente, por el comportamiento humano y por procesos neurodegenerativos. En Argentina, la enfermedad Alzheimer es padecida por el 12.18% de los individuos mayores de 65 años y el 40% de los mayores de 85 años, lo cual significa que alrededor de 500.000 personas se encuentran afectadas por dicha enfermedad (Pagés Larraya, Grasso & Marí, 2004; Arizaga et al., 2005). Esta situación, conlleva a que una gran cantidad de adultos mayores presente altas probabilidades de padecer enfermedades discapacitantes y cuente con pocos miembros jóvenes, en su red social, que los asistan (CE.LA.DE.,2005). Por consiguiente, se estima que gran parte de este grupo etario, además de afrontar su propio envejecimiento, se transformará, probablemente, en cuidador informal familiar (Baster Moro, 2011). Se define como cuidador informal al familiar, amigo o vecino, perteneciente a la red de apoyo social del enfermo crónico, que dedica la mayor cantidad de tiempo a su asistencia. No recibe retribución económica por las tareas que realiza y es percibido por los demás miembros de la familia como el principal responsable del cuidado (Ramlo & Berit, 2013; Tartaglini & Stefani, 2006).  La comunidad científica, en las últimas décadas, se interesó por  conocer el impacto que ejercen los problemas de salud del enfermo, sobre  el familiar cuidador. Al respecto, se desarrollaron numerosos estudios que, señalaron que cuidar a una persona mayor con discapacidades es un proceso estresante que aumenta el riesgo de padecer problemas físicos y mentales, y tiende a restringir la vida social del cuidador a la relación ?cuidador-cuidado? (Bruce et al., 2005; Robison, Fortinsky, Kleppinger, Shugrue & Porter, 2009).