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El trabajo propone considerar al acto de producción de una fuente oral como una experiencia emocional. Procura ofrecer algunas reflexiones en torno al encuentro y el vínculo entre historiador y entrevistado a la luz de los postulados de la historiografía de las emociones. Para ello, se toma como objeto de análisis una serie de entrevistas realizadas por las autoras en investigaciones con diferentes temáticas. Se examina la entrevista como un hecho que en sí moviliza emociones en los sujetos intervinientes, a través de un intercambio situado y direccionado que es verbal y gestual al que se suma la dimensión material con la aparición de fotografías u objetos. En cuanto al historiador, cabe repensar su rol como agente social y su responsabilidad al movilizar recuerdos y manejar afectivamente los momentos de la entrevista. En relación al entrevistado, el acto de poner en palabras su testimonio brinda la posibilidad de reactualizar, resignificar o incluso develar una emoción, en un juego entre pasado y presente en el que interactúan memoria individual y colectiva. De este modo se busca explorar las potencialidades y limitaciones de las fuentes orales para la escritura de una historia de las emociones.

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