Mariátegui: marxista ortodoxo

SILVANA G. FERREYRA

Buenos Aires

Jornada; IV Jornadas de Investigación histórico- social de Razón y Revolución.; 2004

CEICS. Facultad de Filosofía y Letras. UBA

Como ha dicho Alberto Pla, “no hay asepsia intelectual posible al estudiar a Mariátegui” (Pla, 1994: 97). Un recorrido por la bibliografía que interpreta su trayectoria así lo evidencia, pues detrás de cada intérprete se asoma un Mariátegui diferente: aprista, estalinista, heterodoxo, entre otras caracterizaciones. Sin el afán de situarnos más allá de tales limitaciones, nuestro objetivo es insertarnos en este debate procurando recuperar la historicidad de su pensamiento y de la praxis política y cultural que llevó adelante. El recorrido que seguimos fue el de la “ortodoxia”, como concepto en disputa. Este itinerario nos permitió desnaturalizar el significado que el estalinismo había asignado a dicha noción, vinculando al oscurantismo y el dogmatismo. La cristalización de este concepto a principios de los años ‘30 permitió encubrir la lucha, que se había entablado por tal rótulo dentro del campo del marxismo. Recuperando a través de la figura de José Carlos Mariátegui, el carácter de la “ortodoxia” vencida, una versión identificada con la utilización de un método abierto y dialéctico, pretendimos fortalecer un concepto actualmente muy devaluado. En el camino, nos hemos topado con el mito soreliano, que ha desempeñado en nuestra ponencia el rol de un río. Es decir, si en primera medida, se presentó como un obstáculo para nuestra hipótesis; luego de navegar por distintos espacios teóricos, terminó por reforzar nuestros planteos. El mito se nos apareció, entonces, como una herramienta importante a la hora de construir una voluntad colectiva de transformación social. La creencia en un mito, que rebase - sin desviarse-  el devenir real de los acontecimientos, podía servir para sostener y reforzar las energías de los revolucionarios.