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El artículo analiza el comportamiento de los actores del espectro peronista en crisis, colocando el punto de mira en los dirigentes de la provincia de Buenos Aires, entre la derrota del 30 de octubre y las elecciones de renovación legislativa de 1985.El espacio de observación resulta interesante porque Buenos Aires es el principal distrito de la provincia, porque allí fincaron sus redes de poder algunas de las principales figuras de la ortodoxia y de la renovación partidarias y por las fuertes imbricaciones de sus dirigentes con los del resto del peronismo del país -fundamentalmente, de la Capital Federal.Se explican los avatares del peronismo en la provincia de Buenos Aires , que sólo pueden comprenderse en relación con el contexto del movimiento nacional en el que estaba integrado. El seguimiento fue realizado preferentemente a partir de la consulta de El Periodista, una publicación semanal de centro izquierda, dirigida por Andrés Cascioli , que hizo su aparición en enero de 1984, al calor de la efervescencia democrática. La elección de la fuente no es casual. Se fundamenta en el hecho de que el público lector al que apuntaba la revista era nutrido por esa misma clase media independiente e ilustrada- que presumiblemente había engrosado las filas del radicalismo y a cuya cooptación apuntaba el peronismo renovador. La llegada a un público de sectores medios y la riqueza en la producción de representaciones y autorrepresentaciones del peronismo motivó su exploración, pues permite observar cómo desde un medio extrapartidario se brindaba una imagen del cambio del peronismo. El artículo evalúa los alcances y límites de la transformación renovadora y relativiza la visión de la renovación como sinónimo de "cafierismo" en el peronismo bonaerense.

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