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La calorimetría es una técnica que mide la evolución de calor debida a todos los procesos que ocurren en una muestra determinada ref 1. El flujo de calor (potencia térmica) que se mide está directamente relacionado con la cinética del proceso que se estudia. El suelo puede ser considerado como un sistema abierto donde ocurren numerosas reacciones de naturaleza fisicoquímica y biológica con un intercambio simultáneo de materia y energía con el ambiente. Como las reacciones debidas a la actividad microbiana del suelo producen un aumento ó disminución de las fuentes de energía (materia orgánica), la microcalorimetría es una técnica útil para estudiar esta actividad en los suelos. De hecho hay un interés creciente en su utilización para el estudio de tales procesos ref 2-5. Debido a que la microcalorimetría es una técnica no específica, los resultados deben siempre complementarse con determinaciones de tipo físico, químico y microbiológico realizados mediante técnicas convencionales. La ventaja de esta técnica es que las mediciones son continuas e ?in situ?. El suelo una vez recolectado se seca al aire durante 72h y se guarda en bolsas de polietileno a 4ºC durante 3 meses porque de esa manera está reportado en la literatura que se obtienen mediciones calorimétricas reproducibles ref 3. Previo a un ensayo, hay que estabilizar una alícuota de suelo durante 24h a la temperatura de medición en el calorímetro. Las mediciones se realizan siempre con suelo conteniendo una humedad igual a su capacidad de retención porque es cuando se obtiene la mayor actividad microbiana ref 5. Lo que no está claro de la literatura es cual es la humedad óptima requerida para estabilizar el suelo durante las 24 h previas al ensayo. Es por eso que en este trabajo hemos realizado ensayos tendientes a dilucidar esta cuestión. También se utilizaron diferentes cantidades de glucosa como fuente de carbono para establecer la cantidad óptima para este suelo.

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