EVIDENCIA PATOLÓGICA EN UN ICTIOSAURIO OFTALMOSÁURIDO PROVENIENTE DEL JURÁSICO MEDIO DE LA CUENCA NEUQUINA, ARGENTINA

MITIDIERI, MATÍAS; TALEVI MARIANELLA; HERRERA YANINA

General Roca

Congreso; Reuinion Anual de comunicaciones de la APA; 2023

Los ictiosaurios fueron un grupo exitoso de grandes reptiles marinos durante la mayor parte del Mesozoico, registrándose desde el Triásico Inferior (Olenekiano, 248 Ma) hasta el Cretácico Superior (Cenomaniano, 90 Ma). Dentro de este grupo se han registrado diversas patologías que brindan información valiosa sobre la paleoecología de los mismos. Éstas se evidencian en múltiples ejemplares y en diferentes regiones esqueléticas. Los ejemplos incluyen lesiones traumáticas (e.g. fracturas óseas y marcas de mordeduras), así como una alta incidencia de enfermedades articulares (e.g. anquilosis y necrosis avascular). En el presente trabajo se estudió un ejemplar de ictiosaurio oftalmosáurido, Mollesaurus periallus (MOZ-PV 2282), recuperado de la Formación Los Molles del Bajociano inferior de la localidad de Chacaico Sur, provincia de Neuquén, Argentina. Para el estudio se seleccionaron dos fragmentos de costillas y un stapes del ejemplar, dado que los mismos mostraban indicios de patologías. El examen macroscópico de las costillas reveló una alteración superficial en las caras articulares de las mismas. Se observan numerosas cavidades de erosión, de diferentes tamaños y rodeadas por un margen delgado de hueso perióstico reactivo. Estas cavidades dejan expuesto un tejido trabecular esponjoso y son interpretadas como senos de drenaje. Por otro lado, el stapes del ejemplar presenta las mismas características patológicas, pero sólo en la cara que articula con el cuadrado. Además, se observa hueso perióstico reactivo con un patrón de filigrana. En el ejemplar MOZ-PV 2282, la presencia de reacciones periósticas, múltiples senos de drenaje, inflamación de la región cortical y tejido trabecular expuesto resulta consistente con el diagnóstico de osteomielitis. Esta patología es de tipo infecciosa y puede originarse por diseminación de bacterias a través del sistema sanguíneo, por exposición del tejido debido a un traumatismo en el hueso (e.g. fracturas expuestas o mordeduras) o por la propagación de una infección del tejido blando adyacente. Esto desencadena la destrucción del tejido óseo y la formación de abscesos. Las características observadas en el ejemplar indican que el individuo convivió un tiempo prolongado con la enfermedad. El estadio ontogenético de adulto senil sumado a la presencia de osteomielitis en elementos del esqueleto craneal y axial que indicarían una infección generalizada, podrían haber sido el desencadenante de su muerte.