DIFERENCIAS PALEOHISTOLÓGICAS ATRIBUIDAS AL SEXO EN PINGÜINOS DEL EOCENO DE ANTÁRTIDA

GARAT LUIS; TALEVI; ACOSTA HOSPITALECHE

General Roca

Congreso; Reuinion Anual de comunicaciones de la APA; 2023

Recientemente un estudio realizado en pingüinos actuales (Pygoscelis adeliae) ha registrado la presencia de hueso medular en hembras, junto con patrones microestructurales vinculados con la actividad osteoclástica de este tejido. Esto permite contar con un criterio auxiliar para la discriminación de hembras a partir de restos aislados como suele ocurrir en el registro fósil. Se examinaron secciones delgadas al nivel de la diáfisis de las formas actuales, incluyendo elementos apendiculares y axiales del esqueleto de Pygoscelis antarctica (MLP 930) y Aptenodytes forsteri (MLP-O 15192) para determinar de manera precisa cuál es el patrón microestructural vinculado al hueso medular. Las mismas se emplearon como grupo de referencia para el análisis de las secciones delgadas de los especímenes fósiles. Estas incluyen elementos apendiculares de Marambiornis exilis (MLP 93-X-1-111), Anthropornis grandis (MLP 93-X-1-149), An. nordenskjoeldi (MLP 88-I-1-463, MLP 84-II-1-19), Palaeeudyptes klekowski (MLP 11-II-20-15, MLP 83-V-30-93, MLP 83-V-30-17) y P. gunnari (MLP 84-II-1-47, MLP 93-X-1-69, MLP 82-IV-23-6) del Eoceno de Isla Marambio. Los resultados obtenidos permiten definir un patrón microanatómico y osteohistológico común a todos estos Sphenisciformes que consiste en un tejido compacto con presencia de una cavidad o espacios medulares y una elevada densidad ósea producto de la compactación interna de los tejidos. La osteohistología revela patrones vasculares semejantes y tres regiones tisulares definidas por la matriz ósea, la organización de los canales vasculares y el grado de compactación. Las mayores diferencias entre los distintos especímenes radican en el patrón microestructural de las regiones medulares, donde se observaron tres posibilidades: ausencia de una capa circunferencial interna (ICL) como en P. klekowski, presencia de un ICL bien desarrollado como en M. exilis, o presencia de un ICL parcialmente remodelado y/o con trabéculas ocupando los espacios medulares, como en An. grandis, An. nordenskjoeldi, P. gunnari y las formas actuales. Además P. antarctica y Ap. forsteri presentaron hueso medular. Las evidencias sugieren que el ICL se desarrolla en hembras y machos. Sin embargo, en las hembras se remodela (y probablemente no vuelve a formarse) como consecuencia de la producción de hueso medular, mientras que en los machos persiste intacto. Aunque la presencia de un ICL bien desarrollado no es indicativo irrefutable del sexo, su ausencia en estadios adultos y/o persistencia con signos de remodelación, indicaría que se trata de una hembra. A partir de estos resultados preliminares es posible planificar nuevos muestreos que permitan discernir las variaciones taxonómicas de aquellas debido al sexo.