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En diciembre de 1982, el presidente de facto argentino, Reynaldo Bignone, elevó un decreto que conformaba una comisión con el fin de analizar lo sucedido en el conflicto bélico que enfrentó a Argentina con Gran Bretaña por la soberanía de las islas Malvinas. Seis oficiales retirados, presididos por el teniente general (R) Benjamín Rattenbach conformaron la Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades Políticas y Estratégicas en el Conflicto del Atlántico Sur (CAERCAS), cuyo objetivo fue analizar y evaluar las responsabilidades distinguiendo cuatro niveles: el de la conducción política, el estratégico-militar, el estratégico-operacional y en menor medida el nivel táctico. En esta ponencia proponemos revisar la primera, sostenidos en la siguiente pregunta ¿por qué la Junta Militar argentina concibió la necesidad de efectuar una revisión de este tipo de conducción a la par de la militar-estratégica y por qué los miembros de la CAERCAS se creyeron con capacidad y autoridad de hacer esta evaluación? Mi intención es responder esta pregunta atendiendo a la labor de la comisión en el marco complejo de la transición. Bajo estas coordenadas, la ponencia se dividirá en tres partes. En la primera, ubico el escenario de génesis del trabajo de la CAERCAS para comprender los argumentos que llevaron a buscar respuestas militares y políticas a la guerra, entre los que destaco -como coyuntura- la ubicación de Malvinas como un tema a concertar con el sector político de caras a lo que se venía. En segundo término, analizo el informe presentado, enfocado especialmente en el tipo de preguntas realizadas para obtener información, las cuestiones relativas a la evaluación y análisis, y la asignación de responsabilidades. Y finalmente, en tercer lugar, me centro en las distancias entre el Informe Rattenbach y otros producidos por las FFAA -especialmente el Ejército- que evaluaron la guerra

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