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Esta ponencia forma parte de una investigación que sepropone documentar, reconstruir y examinar cómo se conceptualizaron lasexperiencias de tiempo en el espacio rioplatense durante los siglos XVIII yXIX. En trabajos anteriores había analizado cómo se procesaron conceptualmentelas novedades provocadas por el proceso revolucionario. En dichos avances concluía que el proceso revolucionario habíadado lugar a una nueva experiencia de tiempo orientada hacia el futuro ysignada por la ruptura con el pasado, la aceleración, la temporalización de lapolítica y la politización del tiempo (entre otras razones, porque se convirtióen motivo de disputa la posibilidad de intervenir en su marcha). Ahora bien, yaunque se trató de un período pródigo en innovaciones intelectuales ydiscursivas, también advertía que en lo inmediato no se había producido unanueva conceptualización de la temporalidad.Además del conocimiento específico aportado, este resultado apuntaba a unadiscusión más amplia pues ponía en evidencia que la relación entre nuevasexperiencias y cambio conceptual no es necesariamente directa y que puederequerir de otras condiciones.Laponencia retoma la indagación en este punto. En ese sentido la hipótesis queprocuraré mostrar es que fue recién en la década de 1830 cuando pudo cobrarforma una nueva conceptualización de la temporalidad, la cual fue desarrolladapor los jóvenes románticos que integraron la Generación del 37. Para ello fue decisivo que contaran con undispositivo conceptual y con un discurso de matriz historicista capaces dedotar de sentido a las novedades, pero sobre todo a su proceso de producción alque consideraban parte del movimiento histórico irreversible y regido por unatemporalidad inmanente a los sujetos sociales. Vale decir, el tiempo comenzó aser considerado como tiempo histórico y no como un a priori trascendental atoda experiencia.