Modelo de Persistencia Folicular: una herramienta para la comprensión de la dinámica folicular en la Enfermedad Quística Ovárica (EQO) bovina

DÍAZ PU ; STANGAFERRO ML; GAREIS NC; LEIVA CJM; MATILLER V; PANZANI CG; REY F; SALVETTI NR; ORTEGA HH

Buenos Aires

Congreso; III Jornadas Internacionales del Instituto de Investigación y Tecnología en Reproducción Animal (INITRA), FCV-UBA. y 16 noviembre de 2012.; 2012

INITRA

Una hipótesis sobre su patogenia es que existe un desequilibrio neuroendócrino en el eje hipotálamo-hipofisario-gonadal, con falla en el pico preovulatorio de hormona luteinizante (LH). Estudios previos han demostrado que concentraciones subluteales de progesterona (P4) pueden bloquear este pico de LH evitando la ovulación sin inhibir la secreción tónica de LH de manera que el folículo dominante puede seguir creciendo. En orden de comprender la dinámica folicular inicial en la EQO, propusimos desarrollar un modelo experimental que abarque la etapa de formación de folículos persistentes. Para ello se utilizaron 6 vacas Holstein divididas en dos grupos, uno control (C, n=3) y uno tratado (T, n=3). Se realizó la sincronización utilizando un protocolo G6G-Ovsynch al cabo del cual y por 15 días se colocó a los animales T un dispositivo intravaginal de P4 para conseguir concentraciones subluteales. Con el fin de describir la dinámica folicular se realizaron ecografías diarias (Transductor lineal transrectal 5 MHz, Honda HS101V, Japón). En los animales tratados las concentraciones subluteales de P4 permitieron la permanencia de folículos preovulatorios de 12,6 +/- 3 mm al inicio del proestro. Éstos establecieron su persistencia con un tamaño de 16,3 +/- 3mm en el día 1 (momento esperado de ovulación), llegando a  18,3 +/- 2,1mm a los 5 días y a 18 +/- 3,6mm el día 10 de persistencia, respectivamente. En el día 15 se observó un tamaño del folículo persistente de 14 +/- 4,6mm. A los 10 días de persistencia, en 2 de los animales tratados se estableció una nueva onda de crecimiento folicular con el surgimiento de nuevos folículos de 4 y 7 mm, que se mantuvieron hasta el final del protocolo alcanzando los 15 y 22 mm respectivamente. En función de estos resultados, podemos concluir que este modelo es válido para inducir folículos persistentes y quistes in vivo. La información obtenida a partir de este trabajo permitirá, conjuntamente con la evaluación hormonal y molecular, comprender mejor la dinámica de formación inicial de folículos persistentes como base de la etiopatogenia de la EQO.