Neoliberalismo y género. De cómo los nuevos escenarios perpetúan las asimetrías en el mundo familiar y laboral

VALERIA FERNÁNDEZ HASAN Y ALMA FERNÁNDEZ HASAN

Universidad Nacional de San Juan

Otro; IV Encuentro de Investigadores de Ciencias Sociales de la Región Centro Oeste. I Binacional de la Región con IV Región Chile; 2007

Universidad Nacional de San Juan

Las estrategias de reforma implementadas en América Latina en las últimas décadas se caracterizan por presentar regularidades discursivas y programáticas que les brindan coherencia y uniformidad. La tarea desarrollada por el neoliberalismo, en lo que a lo discursivo se refiere, sintetiza exitosamente, un ambicioso proyecto de reforma ideológica alcanzado mediante la construcción y difusión de un nuevo sentido común que otorga legitimidad a las propuestas de reforma impulsadas, a través del Consenso de Washington, a partir de los ‘90. La circulación de este nuevo sentido común ha tenido múltiples delegados: medios de comunicación, intelectuales orgánicos, formadores de opinión de diversos campos, periodistas, políticos y miembros de instituciones defensoras del status quo. En este trabajo se presentan algunas consideraciones en relación a la familia como institución esencial, tanto para la constitución del sujeto, como para la sociedad en su conjunto. En este marco revisaremos cómo la sociedad y la cultura reproducen patrones tradicionales de roles de género, signados por la desigualdad y la asimetría de poder tendiendo de este modo a actuar en detrimento de las posibilidades de las mujeres. En este sentido atenderemos a la estructura ocupacional como un espacio social donde se reproducen patrones tradicionales. En el caso de las mujeres la vulnerabilidad se ve incrementada porque, aún dentro de los nuevos escenarios, la estructura es regida por parámetros arcaicos de distribución de actividades entre los géneros, hoy potenciados por las reformas neoliberales y que imponen profundas restricciones a las posibilidades de inserción en la actividad económica. La asimetría y la segregación que las mujeres viven en el campo laboral se trascribe en la organización familiar y en el trabajo doméstico.