BECAS
SANCHEZ DEI CAS LucÍa
congresos y reuniones científicas
Título:
De un problema del territorio a una problemática de investigación: el caso de los fitosanitarios en Santa Fe
Autor/es:
GROSSO, SUSANA; D'ANGELO, CARLOS; SANCHEZ, LUCÍA
Reunión:
Jornada; XII Bienal del Coloquio Transformaciones Territoriales: Interrogantes y desafíos en las territorialidades emergentes"; 2018
Institución organizadora:
AUGM
Resumen:
La aplicación de fitosanitarios en la agricultura está actualmente en discusión. Mientras que la Unión Europea postergó recientemente la prohibición del uso del glifosato en todo su territorio por un término de cinco años, son numerosas las manifestaciones, especialmente en Francia, en contra de este herbicida, ícono de una agricultura ultramoderna. En Argentina, en los últimos 20 años ha aumentado un 50% la superficie destinada a la agricultura y casi triplicado la producción total de granos. Esta expansión agrícola, sustentada en un modelo tecnológico de alta demanda de insumos, trajo aparejado un aumento en el uso de fitosanitarios (herbicidas, insecticidas y fungicidas, entre otros). Datos de la CASAFE, utilizando como unidad de medida la facturación en millones de dólares, mencionan un incremento de 924.7 millones en 1997 a 2381.16 millones para 2012, o sea, un aumento del 157% en 15 años.De manera paralela a este crecimiento productivo emerge su cuestionamiento de parte de grupos ambientalistas preocupados por los posibles impactos del mismo sobre la salud humana y el ambiente. Entre estos grupos, es posible reconocer a la Red universitaria de ambiente y salud (médicos de pueblos fumigados) como uno de los líderes. Además, algunas denuncias de los habitantes de pueblos rurales han llegado a la justicia y dieron lugar a fallos que se consideran inéditos para la Argentina como el Caso San Jorge (2010 - Santa Fe) e Ituzaingó (2012 -Córdoba). En 2013, mientras la problemática tomaba auge mediático, en el departamento Las Colonias (Santa Fe) una organización interinstitucional denominada CODETEA que agrupa a actores colectivos públicos y privados en estrecha relación con el sector agropecuario, plantea la necesidad de abordaje y de generación de respuestas al sector científico-tecnológico regional. Este trabajo, enmarcado en la sociología de la ciencia y la tecnología, muestra la emergencia y trayectoria de un colectivo científico interdisciplinario construido para abordar la mencionada problemática, a través del análisis de cinco momentos considerados ?mojones?. La hipótesis que lo guía es que, si bien existe un consenso en los estudios de conflictos socio-ambientales sobre la necesidad de un abordaje interdisciplinario para tratar de encontrar respuestas a los desafíos actuales del desarrollo territorial, los actores académicos (expertos) aún tienen poco ejercicio y experiencia en este tipo de trabajo, que además involucra actores no académicos (profanos), y frente a las dificultades, prefieren continuar con sus investigaciones disciplinares. En cada uno de estos momentos, que se presentan a continuación, es posible visualizar la emergencia de objetos intermediarios, a partir de la convergencia de conocimientos, saberes y experiencias. También, el surgimiento de los desafíos actuales, los cuales son transitorios dada la dinámica de la problemática, las demandas de los territorios abordados y el enrolamiento de nuevos investigadores (disciplinas) para intentar dar respuestas.El primer momento identificado coincide con el período de conformación inicial del colectivo frente a una convocatoria de ideas-proyecto lanzada por INTA AUDEAS CONADEV en 2014, entre los cuales uno de los temas prioritarios era: ?uso de fitosanitarios en los espacios periurbanos?. Si bien a partir de la demanda de CODETEA ya mencionada, docentes-investigadores (DI), vinculados a la cátedra de ?Sanidad Vegetal? habían comenzado a trabajar con algunas pequeñas Comunas para establecer la ?línea agronómica? y de esa manera, que las mismas puedan adherirse a la Ley provincial de fitosanitarios 11.273; también lo había hecho el responsable de Ecología Agraria (especialmente para dar charlas a público en general) y él de Agromática, que venía trabajando en indicadores de impacto ambiental y dirigiendo una tesina de grado en la temática. A partir de esta convocatoria, convergen además DI del área de desarrollo rural y desde la EEA INTA Rafaela, el grupo de agricultura, liderado por el especialista en Manejo Integrado de Plagas (MIP). Es necesario destacar que no fue solamente el interés de los DI, sino que desde la gestión de la FCA-UNL se priorizó el proyecto instando a los diferentes actores a trabajar en conjunto. El inicio no fue fácil. Cada área de conocimiento abordaba la problemática desde su punto de vista y sostenía que, dicha disciplina debía liderar el conjunto, reclamando su legitimidad: para algunos sólo se trataba de un problema técnico, mientras que otros sostenían que era un problema socio-ambiental; otros minimizaban el rol de los decisores locales (políticos) y los ambientalistas en la cuestión; mientras que otros los consideraban actores de relevancia. Después de algunas reuniones y ante el imperativo del cierre de la convocatoria, se consensuó una puerta de entrada a través de una temática englobante: el ordenamiento territorial, una agricultura de menor impacto ambiental y la participación social. El grupo inicial fue de unos veinte especialistas, de los cuales nueve (seis de la FCA-UNL) y 3 de INTA conformó el núcleo de trabajo con una frecuencia de reuniones casi semanal al inicio.El segundo momento identificado surge cuando, desde la fuente de financiamiento aceptan la idea-proyecto, pero sugieren que se incluya a grupos de las EEA INTA Oliveros y Paraná, y de las universidades nacionales de Rosario y Entre Ríos, que tenían referentes en la temática. Este proceso fue liderado por los profesionales de INTA y, después de llamados telefónicos y una reunión general, el proyecto se presenta con tres nodos: Esperanza-Rafaela (Nodo 1 - el grupo inicial); Oliveros-Rosario (Nodo 2) con especialistas en manejo de fitosanitarios y recursos naturales y Paraná (Nodo 3), con expertos en las áreas de Sanidad Vegetal, Entomología y Extensión Agropecuaria, o sea, todas vinculadas a facultades formadoras de ingenieros agrónomos. Es necesario destacar que, durante el tiempo que medió la evaluación de la idea proyecto, los DI del Nodo 1 siguieron trabajando y ya habían avanzado en el esbozo de un marco teórico abarcativo, el cuál fue adoptado por el gran grupo, siendo en consecuencia el responsable de la cátedra de Ecología Agraria de la FCA-UNL el director científico del proyecto. Actualmente y a la luz de casi tres años de trabajo, el balance de esta integración obligada al inicio es altamente positivo. Si bien persisten diferencias de enfoques (entre los más productivistas y los más ecologistas), se ha logrado construir una ?gran avenida? donde los especialistas se encuentran y comparten gran parte de sus espacios disciplinares. A su vez, se ha construido un espacio de confianza y respeto, que en una autoevaluación interna se consideró que llevó unos dos años lograrse. El tercer momento es casi coincidente con el segundo, y se distingue por las preocupaciones en relación a la elección de los territorios. Muchos de los especialistas no habían tenido interacciones de trabajo prolongadas con actores del territorio por fuera del sector agropecuario, y esto fue visto como un escollo (y para algunos lo sigue siendo). Comprender las idas y venidas producto de los condicionantes políticos, las diferentes visiones sobre el rol de la universidad (tanto propias como externas) y las limitaciones del grupo de trabajo (tanto temáticas como operativas), constituyen también un aprendizaje y son variables a consideran en proyectos de investigación acción participativa. Este tipo de problemática genera un alto interés en el medio que suele traducirse en una demanda poco clara muchas veces y fue necesario distinguir (y discutir) cuales de los terrenos era objeto de estudio y cuales eran demandantes de capacitaciones o intervenciones (charlas). También, al poco tiempo de trabajo se advierte que sin el apoyo de los gobiernos locales es imposible avanzar en la generación de soluciones, motivo por el cual fue necesario comprender y evaluar los reales motivos de cada demanda, llevando a la necesidad de caracterizar en cada comunidad sus actores principales, sus roles e intereses. Como cuarto momento se analizan los procesos de construcción y validación de los principales resultados en términos de conocimiento logrados hasta el momento, ya sea en términos teóricos (sistema de gestión modelo para municipios y comunas; tipología de productores del periurbano) como metodológicos (herramientas de diagnóstico de la situación actual del sistema local de gestión; validación de tecnologías agropecuarias de menor impacto ambiental). Cada uno de estos hitos (ponencias a congresos, charlas demandadas para públicos específicos, capacitaciones a ingenieros agrónomos, videos, informes a municipios, etc.) significó un desafío en términos de acuerdos internos, donde las disputas disciplinares si bien se minimizaron, siguen persistiendo y emergen especialmente ante la demanda de terceros. El quinto momento, coincidente con el anterior en términos temporales, pero se concentra en los desafíos actuales relación a: la co-construcción de conocimientos con los productores en pos de la reducción del uso de fitosanitarios (conviviendo con una diversidad de asignación de sentidos hacia los mismos); la animación de redes de intercambios de saberes entre profesionales y productores; la generación de cursos de capacitación (agroecología); la vulgarización de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA); la formación de multiplicadores de la propuesta -¿nuevos socios?-; la prestación de servicios a las comunas y municipios; las demandas a otras disciplinas y la preocupación recurrente por la participación real y efectiva de la población concernida por la problemática. Esta ponencia se realiza con la limitante de que parte de los autores son integrantes del proceso analizado, pero con la intencionalidad de explicitar las dificultades ligadas al trabajo interdisciplinario como una forma de alentar el mismo, dado el convencimiento de que los problemas actuales que afectan a los territorios rurales en términos económicos, sociales y ambientales necesitan de este tipo de abordaje.