Nacionalismos cruzados en Buenos Aires al calor de la Guerra Fría (1953-1960)

MARÍA VALERIA GALVÁN

Workshop; Jornada años 50; 2019

En esta presentación abordaré cómo los vínculos entre el nacionalismo argentino y algunos representantesdel nacionalismo de la Europa del Este de la posguerra, repercutieron, por un lado, en la exacerbación delanticomunismo local y, por otro, en el énfasis de la propaganda de los países socialistas para el públicoargentino, durante la década del 50.Efectivamente, frente a la acción en el mundo occidental de grupos nacionalistas y separatistas de Europa delEste (similar, en otros países occidentales de recepción de personas desplazadas por la Segunda Guerra,como Estados Unidos o Canadá), los países socialistas (principalmente la URSS) adoptaron una diplomaciacultural específicamente diseñada para contrarrestarlos a partir de la construcción de un supranacionalismo.Asimismo, esto se complementó con el hecho de que, luego de la muerte de Stalin, la URSS se esforzó portransformar la imagen internacional negativa del comunismo estatal, a partir de estrategias propagandísticasorientadas al público no-militante.En este sentido, en conjunto, en el caso de la Argentina, si bien esta política se vio beneficiada por el últimogobierno de Perón (que mantuvo buenas relaciones con el Bloque del Este), fue fuertemente combatida por elEstado argentino, luego del golpe de 1955.Pero, una mirada más amplia sobre estos entramados globales que influyeron en una oleada deanticomunismo de parte de la sociedad y el Estado argentinos a fines de los años 50 nos deja ver que estosprocesos también impactaron de manera directa en el modo de pensar la identidad nacional, por lo quelograron movilizar a ciudadanos argentinos en función de su defensa.Así, si bien la propaganda de los exiliados anticomunistas, tuvo más peso en actores políticos nacionalistaslocales, la propaganda de los países socialistas en Argentina apuntó a cuestionar la idea de Nación a la queadscribían los individuos a los que estaba dirigida pero siguió dos cursos de acción diferentes: aquelorientado al público general, no-militante, y, aquel orientado a inmigrantes de Europa del Este con residenciaargentina. Ambas estrategias ?aun cuando implementaron técnicas y agencias muy diferentes? no sólocuestionaron por igual la identidad argentina, sino que fueron igualmente diseñadas en función de lasparticularidades políticas, sociales y culturales del contexto local, por lo que se vieron inevitablementecruzadas por el debate en torno a la cuestión peronista.