BECAS
COLQUI erica Paola
congresos y reuniones científicas
Título:
Algo más que camélidos...Las representaciones de animales de Cerro Colorado (Sierras del Norte, Córdoba) y su papel en la construcción de identidades.
Autor/es:
MARIA ANDREA RECALDE; ERICA PAOLA COLQUI
Lugar:
Tucumán
Reunión:
Congreso; XIX Congreso Nacional de Arqueología Argentina; 2016
Resumen:
La localidad arqueológica de Cerro Colorado está emplazada en las Sierras del Norte (Córdoba, Argentina). Se caracteriza por la distribución irregular ycaprichosa de formaciones de escasa altitud que están separadas por quebradas y valles transversales por donde discurren el Río Los Tártagos y colectores subsidiarios (arroyos de Los Molles, Pozancón, La Quebrada, Las Trancas) (Figu- ra 1). Precisamente en este particular paisaje de arenisca roja están ubicados los 53 sitios con representaciones rupestres, emplazados en los Cerros de la Mesa- da o Pantanillo (Pant.), Casa del Sol (CS), de La Conga (CdlC),Veladero (CV), Colo- rado (CC) y Vaca Errana (VE), donde en su sección Este se ubica Quebrada Norte (QN), distribuidos en aproximadamente 40 km2 (Gardner 1931; González 1940,1963; Pedersen 1953-1954:217; Recalde 2013, 2015, Colqui 2015; entre otros).Entre abrigos y farallones rocosos, en su mayoría inaccesibles paraaquellos que circulan por el paisaje, están distribuidos 109 paneles. Estacondición de inaccesibilidad está determinada sobre la base de que el 83,33%de los sitios están emplazados en la sección media de las formaciones. Noobstante, es esta condición la que genera una situación de intervisibilidadentre emplazamientos, es decir entre cerro y cerro, al tiempo que habilita unavisualización desde los sitios con arte hacia el entorno.Las investigaciones desarrolladas en los últimos años han permitido documentar la existencia de otras evidencias de ocupación distribuidas en las márgenes de los diferentes cursos de agua y en relación directa con los cerros. A lossitios con arte se suman cinco espacios residenciales o poblados tardíos vincu- lados con tierras potencialmente cultivables(ver López y Recalde 2015; Recalde2015) y 20 áreas de molienda que, dado la cantidad, distribución y tipología delos instrumentos fijos(Babot 2007; Pastor 2015) podrían indicar la participaciónde diferentes esferas de interacción social (doméstica, vecinal, comunal).En suma, Cerro Colorado constituyó un paisaje social intensamente construido, fundamentalmente durante el Período Prehispánico Tardío (400-1550d.C.), en el cual las prácticas domésticas estaban articuladas de manera cotidiana con los sitios con arte, los cuales involucraban la participación de pocaspersonas(Recalde 2015). Es precisamente esta interacción constante y rutinariaentre personas/grupos y paneles lo que les otorga un papel activo en las instancias de expresión y materialización de la memoria social, como resultadode un constante proceso de construcción y acuerdo, negación y recti&caciónde los actos de rememoración y pertenencia (Connerton 1989; Mills y Walker2008:4; Peterson 2013: 273). En este marco las representaciones constituyen losrecursos simbólicos a partir de los cuales los grupos pretéritos estructurabansus lazos de integración y edificación de la identidad, los cuales involucrarondiferentes grados de inclusión, reconocimiento y diferenciación (familiar,comunitario, etc.) (Hastorf 2003: 308; Díaz-Andreu 2005; Jones 2007:139).Particularidades del arte rupestre de Cerro ColoradoEn la localidad hemos documentado hasta el momento 53 sitios, entrelos que se distribuyen un total de 3.704 representaciones rupestres pintadasy grabadas. La tipología de motivos identificadas permite agruparlos entrefigurativos (antropomorfos, zoomorfos, objetos e hispánicos) y no figurativos (geométricos). Un análisis detallado de estos grupos, sus particularidades y su distribución entre los cerros, nos ha permitido observar una correspondencia entre formación y repertorio, o en otros términos una asociación entre estos como objetivación de ciertas y particulares maneras de hacer enun paisaje compartido.En esta oportunidad nos centraremos en el primer grupo y más concretamente en los zoomorfos, que conforman el 36,23 % del total (N: 1.342).El repertorio iconográfico está caracterizado por la variabilidad de especies(Figura 1), dado que están representados muchos de los animales económica- mente fundamentales para la reproducción de las comunidades (camélidos,rhea, cérvido), cuyo hábitat se encuentra alejado del paisaje de Cerro Colora- do (v.gr. el área circunsalinas como hábitat de los guanacos está a aproximadamente 50 km al oeste), y especies propias del ambiente serrano chaqueño,como felinos, víboras, probablemente corzuelas y cóndores (hoy ausentes del paisaje local). En un primer análisis de grano grueso permite percibir la importancia cuantitativa de los camélidos, dado que constituyen el 85% del totalde zoomorfos (Figura 1). Esta redundancia cuantitativa, que lo convierte en unelemento estructural del repertorio, no se traduce en homogeneidad dado quehemos individualizado siete cánones o resoluciones formales (sensu Aschero1994), entre los que el A se posiciona como la manera dominante de definiresta figura con más del 55%.No obstante, lo que permite comenzar a definir maneras particulares acada uno de los cerros e incluso de los sitios, es la forma en la que se combinael camélido con los otros animales y, fundamentalmente la presencia cuantitativa/cualitativa de los mismos. A n de ajustar los parámetros comparativos se parte de la consideración de los diseños, sus asociaciones y la posiciónen el panel, como una vía analítica para comprender el papel jugando en laconformación de la narrativa de cada uno de los lugares en los que fuerondocumentados.El análisis de la distribución de estos motivos entre las formaciones yespecíficamente entre los paneles (Tabla 1) permite advertir que, a pesar dela baja representatividad de estas especies en el total de zoomorfos que inte- gran el repertorio, hay una distribución general de los animales consignadosen la Tabla 1, permitiendo así recalcar la importancia simbólica que tienen es- tas especies. En consonancia con esta línea, resulta claro que esta distribuciónse resuelve de formas diferentes en cuanto a la expresión o manera de hacerrespecto a estos diseños (Tabla 2), es decir que salvo contadas excepciones,como los felinos de CS y VE que muestran una gran similitud en su resoluciónformal, lo que predomina son las expresiones particulares, los diseños específicos de una misma gura o referente.Paralelamente, el análisis de su distribución en el espacio soporte, esdecir el lugar que ocupan en la conformaciónfinal de la narrativa del sitio, dacuenta también de claras diferencias entre los cerros e incluso entre los pan- eles que los integran. Así por ejemplo, la localización de ciertos motivos hagenerado posiciones dominantes dentro del panel (v.gr. felino de CS1), constituyendo un rasgo a partir del cual se estructuran o subordinan los otrosmotivos, aún aquellos incluidos en la tabla 1, y otras en las que esa mismaimagen ocupa una condición subordinada respecto a los otros rasgos presentes (Figura 2).No cabe duda de la significación de los camélidos como rasgo central del repertorio, dado que están asociados a los animales de la Tabla 1 en másdel 70% de los casos. No obstante, frente a la abrumadora presencia de estosartiodáctilos en las definiciones temáticas y asociaciones son estos motivos,en algunos casos únicos en su diseño, los que constituyen los elementos simbólicos que permiten negociar al tiempo que reforzar la/las identidad/des delas personas o grupos que construyen cada uno de los paneles a partir de lainteracción constante y cotidiana con los espacios entendidos como comunitarios (i.e. espacios de vivienda, áreas de molienda, zonas de cultivo).En suma, observamos que frente a un marco de referencia común estánpresentes aquellos elementos que dan cuenta de expresiones que, aunqueintegradas a una misma narrativa, permiten la expresión de maneras particulares de representar la inclusión a ese repertorio, a esa manera compartidade interpretar la realidad social que los rodea. Son estas identidades mínimaslas que se objetivan en la incorporación de especies, rasgos simbólicos queactúan en la negociación de la memoria social, en la cual el reconocimiento einclusión de las especificidades es esencial para la integración y reproducciónde los grupos.