La Política contra la Economía: los elencos militares frente al plan económico de Martínez de Hoz durante el Proceso de Reorganización Nacional (1976-1981)

PAULA CANELO

Empresarios, tecnócratas y militares. La trama corporativa de la última dictadura.

Siglo XXI

Lugar: Buenos Aires; Año: 2004; p. 219 - 312

El artículo analiza las resistencias ejercidas por las Fuerzas Armadas argentinas frente al plan económico del Ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz durante los primeros años del autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”. Para ello, caracteriza el complejo juego de alianzas y oposiciones establecidas entre los integrantes de la alianza cívico-militar que llevó adelante la experiencia refundacional de la última dictadura alrededor del diseño y ejecución de la política económica. El trabajo demuestra que la implementación de la política económica estuvo limitada por varios frentes. Por un lado por la presencia, en el interior del equipo económico, de dos fracciones de civiles liberales, los liberales tradicionales y los liberales tecnocráticos, que disputaron acerca de la mejor receta para contener la inflación. Por otro lado, por el accionar, dentro del frente militar, de distintas fracciones que, por motivos ideológicos, conveniencias políticas o intereses corporativos, y recurriendo a la colonización del aparato estatal y a las contradicciones del modelo institucional, bloquearon significativamente los ambiciosos objetivos iniciales del Ministro y su equipo. Los principales frentes de oposición militar se cristalizaron, en primer lugar, en las posiciones críticas de la Armada y el almirante Massera, entonces Comandante en Jefe y miembro de la Junta Militar; en segundo lugar, en las resistencias de los sectores “estatistas” de las Fuerzas Armadas, donde se hallaban incluidos tanto los miembros de la fracción “dura” del Ejército, alineada tras la figura del general Díaz Bessone, fugaz Ministro de Planeamiento del régimen, como los “burócratas” al frente del complejo militar-industrial y las poderosas empresas del Estado; y en tercer lugar, en la fracción “politicista” del Ejército, liderada por el general Viola, primero Comandante del Estado Mayor, luego Comandante en Jefe del Ejército y miembro de la Junta Militar y, finalmente, el segundo de los presidentes del Proceso. Finalmente, sostiene que como consecuencia de este juego de oposiciones el equipo económico no cumplió con varios de los objetivos explicitados inicialmente, pero que el abandono de varios de estos objetivos secundarios permitió concretar el propósito mayor: transformar irreversiblemente la economía y la sociedad argentinas.