Las Fuerzas Armadas argentinas y su tránsito del poder arbitral al poder corporativo durante el siglo XX

PAULA CANELO

Las derechas argentinas en el siglo XX. El retorno democrático y el largo plazo.

UNICEN

Lugar: Tandil; Año: 2023; p. 99 - 118

A través del análisis de varias de las más importantes proclamas, discursos y principales declaraciones de las cúpulas militares argentinas y la dirigencia política entre 1930 y 2002, el artículo muestra el proceso de tránsito de las Fuerzas Armadas argentinas del poder arbitral al poder corporativo.En primer lugar, el trabajo analiza cómo, durante gran parte del siglo XX, las Fuerzas Armadas argentinas fueron un actor excepcional del escenario político, una “élite moral”, que se posicionó como dueña de una propiedad “suprapolítica”: la defensa y representación del “interés general” del Estado, la de “última reserva moral de la Nación”. Esta propiedad suprapolítica, o “poder arbitral”, se apoyó en una narrativa o “mito” social y culturalmente potente, cuyos elementos centrales persistieron a través de las diferentes coyunturas históricas, muy conectados con los heterogéneos mundos de “las derechas” argentinas. En segundo lugar, el texto analiza por qué el disfrute de esta posición suprapolítica excepcional culminó con la última dictadura cívico-militar, cuando, persiguiendo la refundación irreversible de la sociedad argentina, las Fuerzas Armadas tensaron aquellas propiedades excepcionales que las habían transformado en un actor protagónico, hasta su definitiva ruptura. Por un lado, su completo involucramiento institucional en la organización y ejecución de un plan de exterminio sistemático sobre cualquier tipo de oposición; y por otro, su derrota en la guerra de Malvinas, les quitaron la posibilidad de seguir ejerciendo ese “poder arbitral” en la escena política. Perdida esta excepcionalidad, a partir de la transición a la democracia las Fuerzas Armadas debieron replegarse hacia la defensa de sus propios intereses particulares, ejercitando ahora un “poder corporativo”. Estos intereses, ya no generales, sino meramente particulares, fueron la obtención y luego la conservación de la impunidad por los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado, las resistencias frente el achicamiento del aparato estatal militar y del presupuesto, y la defensa de la autonomía profesional.