PERSONAL DE APOYO
PASSEGGI Esteban
congresos y reuniones científicas
Título:
La Educación Ambiental como Herramienta de Mitigación de la Vulnerabilidad Social ante la Catástrofe Hídrica (Santa Fe, Abril del 2003)
Autor/es:
E. PASSEGGI; S. TARDIVO; A. GIACOMETTI
Lugar:
Potrero de Los Funes (San Luis)
Reunión:
Congreso; XXI Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo; 2008
Institución organizadora:
Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo
Resumen:
El interés por los desastres ha sido tradicionalmente algo coyuntural; se generaliza inmediatamente después de ocurrir una desgracia de gran magnitud y transcurrido poco tiempo, después de la catástrofe, apenas algunos especialistas y algunas ONGs siguen preocupándose de la problemática1.Tradicionalmente, los desastres han sido considerados como hechos puntuales, inevitables e inesperados, generados por la acción extrema de la fuerza de la naturaleza y en consecuencia su estudio se ha centrado en los impactos causados, no en la prevención, así como en un enfoque "fisicalista", es decir de observación y estudio de los fenómenos naturales considerados como causantes: huracanes, maremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, entre otros.En coherencia con esta visión simple del problema, los esfuerzos institucionales en la atención a las catástrofes se han concentrado en acciones de emergencia y de respuesta a los daños en orden a la reconstrucción, así como en el monitoreo y la vigilancia de los fenómenos naturales. Este enfoque es completamente insuficiente, puesto que no se pregunta el "por qué" del desastre ocurrido. Una observación crítica, comparativa, nos da rápidamente la idea de que según el contexto nacional o regional y los factores sociales actuantes, un mismo evento afecta efe muy distinta manera a los habitantes de un territorio común, incluso cuando éste se circunscribe al de un área urbana, debido a diferencias en la vulnerabilidad que presentan los distintos grupos sociales.Con el fin de lograr mejoras significativas en acortar la creciente brecha que separa cada vez más a los sectores menos vulnerables de la sociedad de aquellos que cada vez los son más, generalmente los más pobres, la prioridad debe estar centrada en acciones que reduzcan la vulnerabilidad social de éstos últimos.Reforzar la capacidad de control de los grupos en mayor riesgo puede hacer mucho a favor de la reducción del daño ocasionado por sucesos extremos. Dicho fortalecimiento, dependerá del aprovechamiento que hagan tales grupos de los activos tangibles e intangibles (económicos, sociales, políticos, ecológicos, sanitarios, de educación, de infraestructura, personales, etc.) con los que cuentan para afrontar los cambios y que pueden ayudar a reducir la probabilidad y magnitud del daño.2 Sin embargo, para los grupos vulnerables, las potencialidades con las que cuentan para momentos de necesidad, no son por lo general fáciles de identificar y movilizar por si solos y sin asistencia externa, lo que puede ser un aspecto defmitorio en la prevención de daños.Más allá de ello, quizás el problema principal al que se enfrentan a menudo quienes pretenden diseñar estrategias orientadas a reducir la vulnerabilidad por esta vía está dado por la dificultad para propiciar la "apropiación" del riesgo (su percepción y valoración) por parte de la sociedad entera, reconociendo que las medidas estructurales de protección no bastan para eliminar o atenuar el riesgo en forma significativa. Al presente, importantes núcleos sociales no tienen conciencia plena acerca de los riesgos ante desastres naturales y, por ende, traspasan al Estado la responsabilidad ante los mismos. Con ello, están de hecho trasladando el riesgo al resto de la sociedad, ya que el Estado se ve forzado a financiar la reconstrucción y recuperación utilizando recursos que corresponden a toda la población3.Asimismo, tal como lo acreditan ciertas experiencias analizadas, un aspecto importante del control es la gestión institucional, que incluye la preparación de los servicios públicos, privados y sociales4 por lo que la preparación institucional puede ser un factor decisivo para reducir la vulnerabilidad. Esto constituye también un aspecto crítico, al cual se debe atender y asistir con herramientas apropiadas, si se quiere mitigar con éxito la vulnerabilidad de los sectores en riesgo de desastre.