INVESTIGADORES
KROHLING Daniela Mariel Ines
capítulos de libros
Título:
Geomorfología
Autor/es:
CARIGNANO, CLAUDIO; KRÖHLING, DANIELA; DEGIOVANNI, SUSANA; CIOCCALE, MARCELA
Libro:
Relatorio del XIX Congreso Geológico Argentino - Geología y Recursos Naturales de la Provincia de Córdoba.
Editorial:
ALSAPEMA S.A.
Referencias:
Lugar: Córdoba; Año: 2014; p. 747 - 822
Resumen:
La Provincia de Córdoba está localizada en la región central de Argentina (entre 29°30?S y 35°00?S y entre 61°50?O y 65°50?O) y su territorio, que exhibe un variado conjunto de geoformas resultantes de procesos exógenos y endógenos, abarca parte de dos regiones geomorfológicas de primer orden: Sierras Pampeanas y Llanura Chacopampeana. La zona montañosa de la provincia es parte del extremo sudoriental de la provincia geomorfológica de Sierras Pampeanas y comprende cinco unidades mayores: Sierra Norte-Ambargasta, Sierras Chicas-Las Peñas, Sierras Grandes-Comechingones, Sierras de Pocho-Guasapampa y Valles estructurales; incluyendo la gran cuenca intermontana del Bolsón de las Salinas Grandes y Ambargasta. Las sierras son el resultado de una prolongada y compleja evolución geomorfológica caracterizada por la alternancia de extensos períodos de estabilidad, con exposición de la roca a los agentes de meteorización, eventos de alzamiento tectónico y exhumación, con la subsecuente activación de los procesos de erosión; no obstante en las sierras aún se pueden reconocer remanentes de geoformas precenozoicas. Las planicies de Córdoba son parte del sector sudoccidental de la gran provincia geomorfológica Llanura Chacopampeana, e incluyen cuatro ambientes mayores: Depresión tectónica de la laguna de Mar Chiquita, Planicie fluvioeólica central, Planicie arenosa eólica del sur y Ambientes pedemontanos. Se caracterizan por la presencia de morfologías vinculadas, principalmente, a la sedimentación cenozoica con predominio de depósitos de sistemas fluviales y aluviales efímeros y depósitos eólicos, mayormente loéssicos. Los sistemas fluviales, en especial sus partes distales, han sido modificados por acción eólica durante los períodos glaciales. En las últimas etapas del Pleistoceno, toda la región ha sufrido una secuencia de episodios áridos y húmedos que condicionaron la dinámica geomorfológica y, por consiguiente, los rasgos morfológicos que destacan a la llanura. El paisaje actual resulta fundamentalmente de la influencia del período húmedo del Estadio Isotópico de Oxígeno (EIO) 3 (64-36 ka), en el que se labró la red fluvial actual de llanura, se formaron los grandes lagos de Mar Chiquita y Salinas Grandes; y de la actividad eólica durante los episodios secos del Pleistoceno tardío (ca. 30-11 ka) y del Holoceno tardío (3,5-1,4 ka), con la generación de un manto de loess (Ultimo Máximo Glacial, 24-18 ka) que suavizó las formas menores del paisaje (elementos fluviales y eólicos), el desarrollo de campos de dunas (mayormente longitudinales y parabólicas) y la generación de numerosas cubetas de deflación, la mayoría de ellas actualmente ocupadas por lagunas.