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Las barrancas del río Paraná son el rasgo geomorfológico más característico de este sistema. Se trata de un talud o superficie vertical a subvertical, irregular, de 10 a 20 m de altura, paralelo al curso del río, que separa las terrazas altas plio-pleistocenas de la zona baja y activa del sistema fluvial. La fracción limo, granulometría que caracteriza a la sucesión Neógeno-Cuaternario, aglutinado por la presencia de carbonatos de calcio confiere estabilidad vertical a las paredes de las barrancas. Por el contrario, la condición de inestabilidad que permite actuar a la gravedad (Cruden y Varnes, 1996) está promovida por la hidrodinámica fluvial, las fluctuaciones climáticas, las características estratigráficas de las zonas afectadas por la acción del río y la acción antrópica. En el caso de la costa ubicada entre las ciudades de Paraná y Diamante, las barrancas exponen una sucesión de sedimentos neógenos integrados por la Formación Paraná (Mioceno Superior), el Grupo Punta Gorda (Mioceno Superior tardío-Pleistoceno) y la Formación Tezanos Pintos (Pleistoceno Superior) (Iriondo, 1998). En determinados sectores de este tramo, como es el comprendido entre las ciudades de Diamante y Valle María, la barranca se encuentra separada del río por una zona baja, de superficie ondulada, de 200 a 300 m de ancho, inclinada hacia el río, formada por depósitos sedimentarios resultantes de diferentes colapsos. La estabilidad de la barranca está principalmente asociada a las características sedimentológicas del Grupo Punta Gorda y de la Formación Tezanos Pintos. En octubre de 2018 ocurrió un gran deslizamiento que afectó estructuras edilicias ubicadas en la parte alta de la barranca de la ciudad de Diamante. A partir de observaciones de campo en 2018 en un periodo comprendido entre los días previos (primeras manifestaciones) y meses posteriores al deslizamiento, la realización de una trinchera de estudio (Cravero et al., 2018), y datos de laboratorio aportados por un conjunto de 9 nuevas perforaciones geotécnicas de hasta 60m, fue posible construir un modelo del deslizamiento a fin de reconstruir este movimiento y su causa.El trabajo de campo y el análisis de los parámetros geomecánicos muestran que los desprendimientos de las barrancas de la localidad de Diamante obedecen a un PRM complejo inducido principalmente por la gran actividad del nivel de arcillas plásticas (Nivel B) de la Formación Paraná sometida a condiciones de humedad natural (HN) crítica (cuando HN es cercana a mayor que el LL). La sucesión de eventos testeados desde días previos hasta meses posteriores al desprendimiento de la barranca ratifica que se trata de un movimiento de suelo complejo y combinado, donde el ?desgajo? de la barranca es parte de un proceso mayor desencadenado por la expansión de la zona baja. Las observaciones de campo realizadas durante la formación de la grieta, previo al hundimiento del bloque (aprox. 15 días antes), permitieron comprobar expansión lateral de la zona baja en dirección al río, con formación de grietas y fallas de tipo normales subparalelo y oblicuo al frente de la barranca. En una posición distal, próxima al río y apoyado sobre relictos del Nivel B, los materiales removilizados se apilan formando un cordón de acreción (cresta de presión). Las mediciones GPS de puntos fijos en la zona baja confirman un desplazamiento del orden de 1m/año durante el período activo. El movimiento de la zona baja en dirección al río descomprimiría lateralmente la columna estratigráfica ubicada al pie de la barranca, impulsando a las arcillas altamente reactivas del Nivel B a migrar desde su posición estratigráfica original a la zona baja. La migración dejaría sin sustento a la columna sobreyaciente (Grupo Punto Gorda y techo de la Formación Paraná (Nivel C) inmediata a la barranca ocasionando la fracturación y el colapso gravitación (slice block). Las transectas de pozos, perpendiculares a la barranca, testifican la difusión de las arcillas de alta plasticidad y el nivel de despegue en el Nivel A próximo al contacto del Nivel B (Figura 1).Las observaciones y mediciones permiten precisar que el movimiento de las barrancas de la localidad de Diamante es un PRM complejo y combinado, donde el proceso de expansión lateral (lateral spread), en la zona baja, desencadena inestabilidad al pie de la barranca. Este proceso precipita la fracturación y el desprendimiento del borde de la barranca. La alta actividad de las arcillas del Nivel B caracterizada por altos valores de LL, IP, IF y baja densidad, del orden de 10% inferior a las densidades medidas en las secciones superiores, motorizan el movimiento de expansión lateral y la consiguiente inestabilidad de la barranca bajo condiciones de saturaciones de agua críticas. Estos resultados e interpretaciones ratifican las observaciones de Cravero et al. (2018), permitiendo en su conjunto obtener un modelo más complejo y superador con respecto a los modelos previos basados en desplazamientos gravitacionales de la columna superior sobre un nivel de despegue y una falla lístrica maestra.

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