BECAS
OLMEDO MASAT Olga MagalÍ
congresos y reuniones científicas
Título:
La colección oológica de no Passeriformes del Museo de La Plata
Autor/es:
OLMEDO MASAT, OLGA MAGALÍ; SCHEFFER, MAILA; ARCHUBY, DIEGO; MONTALTI, DIEGO
Lugar:
La Plata
Reunión:
Congreso; XVI Reunión Argentina de Ornitología; 2015
Institución organizadora:
Sección de Ornitología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo Universidad Nacional de La Plata
Resumen:
La importancia de las colecciones de diversas piezas biológicas en los museos resulta valiosa tanto desde el punto de vista científico como cultural. La colección ornitológica del Museo de la Plata cuenta con una gran diversidad de pieles de estudio, esqueletos, ejemplares armados y en exhibición, nidos y huevos. En el presente trabajo damos a conocer la abundancia y diversidad de huevos de aves no Passeriformes presentes en la colección oológica que se encuentran depositados en el Museo de La Plata. Los ejemplares más antiguos datan del año 1887 y actualmente cuenta con un total de 2.699 huevos (no Passeriformes) en buen estado de preservación. El 94,6% de los mismos fueron colectados en Argentina, siendo las provincias más representadas Buenos Aires (n= 1.856) y Tucumán (n= 354), el 3% en Antártida y el 2,3% restante pertenece a especies de otros continentes, principalmente Europa. En la colección se encuentran representados 24 órdenes, 47 familias y 176 especies. Los Anseriformes, Charadriiformes, Gruiformes y Falconiformes reúnen el 55,9 % de toda la colección. Las familias más representadas son: Anatidae (n= 399), Rallidae (n= 345), Laridae (n= 197), Ardeidae (n= 195), Falconidae (n=160) y Cuculidae (n= 155). Las especies con mayor numero de huevos son: Chroicocephalus maculipennis (n= 126), Guira guira (n= 115), Vanellus chilensis (n= 78), Caracara plancus (n= 100), Fulica armillata (n= 58), Pardirrallus sanguinolentus (n= 57), Ardea alba (n= 47) y Sterna trudeaui (n= 41). En el caso de las provincias de Buenos Aires y Tucumán gran parte de los ejemplares fueron donados por coleccionistas privados, como R. Runnacles y P. Girard. Las colecciones biológicas toman un valor significativo cuando son dadas a conocer a la comunidad científica, poniendo de este modo a disposición ejemplares para estudio y además posibilitando su conocimiento por medio de exhibiciones en museos.