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Payne y colegas llevaron a cabo estudios en ballenas francas australes en Península Valdés desde comienzos de los 70 y estimaron su tamaño y otros parámetros poblacionales derivados de avistamientos basados en el patrón individual de callosidades. La tasa de incremento r se estimó cercana al 8%. El LAMAMA desarrolló un método para monitorear la población, que permitiría estudiar los cambios estacionales dentro y entre años. Las ballenas se clasificaron en: a) madres con cría (MC), b) individuos solitarios (IS), c) grupos de cópula (GC) considerando una hembra y n-1 machos. Se realizaron 12 relevamientos aéreos entre mayo 1999 y diciembre 2000 y 23 entre octubre de 2004 y noviembre de 2007, volando paralelamente a la costa a una distancia de 500-100 metros y una altitud de 500 pies (150 m), desde el Río Chubut (42º30) hasta Puerto Lobos (42º) totalizando una franja costera de 650km. De acuerdo al conocimiento existente, alrededor del 95% de las ballenas se concentran en la franja costera y el número de ballenas en la franja puede ser considerado una medida de abundancia relativa. Los períodos entre vuelos variaron 40-50 días, mayor al período de permanencia promedio de las ballenas en el área, por lo que durante cada censo se cuentan nuevos individuos. Cada año se obtiene una curva donde el número de ballenas se incrementa en mayo, alcanza un, máximo en septiembre y declina hasta diciembre cuando ya no quedan ballenas en el área. Al comparar entre años, el máximo número de ballenas censado fue de 556 en 1999, 566 en 200, 732 en 2005, 798 en 2006 y 999 en 2007. La tasa de incremento para el período 1999-2007 se estimó a partir de la pendiente de regresión lineal del logaritmo del número de ballenas en función del tiempo. A pesar de la corta serie de tiempo, r se estimó en 6,4% (IC=2,4-10-4), algo más baja que la estimada por métodos de captura-recaptura, aunque con intervalos de confianza similares.

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