A un siglo de Verdún y el Somme. Europa pierde una generación.

JUAN CRUZ TISERA; TOMAS LISTRANI BLANCO-CAROLINA ZACCATO; BLAS RADI; JUAN LEON GIUJUSA; JUAN MARTIN BARBAS; AGUSTIN GALLI; MARCELO MONTES; TERESA RACCOLIN; HORACIO CAGNI; PATRICIA PEREZ; JUAN CARLOS PERAZZO

AGORA INTERNACIONAL

Asociación para las Naciones Unidas de la República Agentina

Lugar: Buenos Aires; Año: 2017 vol. 11 p. 46 - 50

1850-2040

Detrás de la crisis balcánica, que culminó en el asesinato del Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo y el estallido de la Primera Guerra Mundial, se ocultaban la competencia comercial y la puja por la posesión de colonias que proporcionaran materias primas a la expansión industrial de las potencias, verdaderos determinantes del conflicto.El año 1916, promediando la conflagración, definió el verdadero rostro de la misma. Dos grandes batallas terrestres en el frente occidental -Verdún y el Somme-, sin resultados decisivos, demostraron hasta qué punto, en las principales potencias combatientes, todos los órdenes de la vida se subordinaron al plano bélico y a una técnica despersonalizante.Nadie, en la euforia colectiva y la oleada de patriotismo que acompañó la movilización de las naciones beligerantes, suponía que la guerra iba a durar tanto tiempo ni iba a ser tan letal. Francia, Alemania, Gran Bretaña, Rusia, Austria-HGENERACIONungría e Italia perdieron una generación. El artículo -publicado a dos columnas en la revista- resume las acciones bélicas según los mayores historiadores y también presenta los testimonios de notables escritores testigos de la batalla.