Comunidades Imaginadas y la crisis del tercermundismo

BERGEL, MARTÍN

Prismas. Revista de Historia Intelectual

Universidad Nacional de Quilmes

Lugar: Buenos Aires; Año: 2023 vol. 27 p. 193 - 199

1666-1508

Artículo que integra el dossier editado por Michael Goebel y Lila Caimari "Comunidades Imaginadas. Vidas y sobrevidas de un clásico"En un pasaje de El mundo de ayer, la laureada autobiografía de Stefan Zweig que ofrece una mirada inigualable sobre el derrumbe de la civilización europea decimonónica, la irrupción de un clima de abrasador nacionalismo al inicio de la guerra del ´14 es retratada por el autor como una escena de tintes alucinatorios, una verdadera conmoción. Comunidades Imaginadas, el clásico libro de Benedict Anderson sobre el nacionalismo, nace de una conmoción emparentable que en general ha sido pasada por alto (o leida apenas como un hecho anecdótico). Según refiere el autor en el prólogo a la segunda edición, “el motivo directo” del libro fueron “los conflictos armados de Indochina de 1978-1979”. Anderson reiteraba allí lo que decía al comienzo de la introducción a la edición original: el impacto directo que en la factura del libro había tenido “una transformación fundamental en la historia del marxismo (…) las guerras recientes entre Vietnam, Camboya y China”. Esas conflagraciones, aseveraba, “tienen una importancia histórica mundial porque son las primeras que ocurren entre regímenes de independencia y credenciales revolucionarias innegables”. Este breve ensayo se propone ubicar el afamado libro de Anderson en ese contexto intelectual y político, para revisitar tanto la crisis del tercemundismo como la propia biografía intelectual de su autor. En el primer caso, poniendo en diálogo a Comunidades Imaginadas como artefacto intelectual con la historia y las tensiones entre nacionalismos e internacionalismos que rodearon los imaginarios tercermundistas, un problema fecundamente abordado por la historiografía reciente. En el segundo caso, y en atención sobre todo a los señalamientos que ofrece en su también celebrada autobiografía, considerando el lugar que la propia sensibilidad tercermundista tuvo en la trayectoria de Anderson.