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En la teoría de Paulo Freire la educación es valorizada en cuanto a practica de la libertad, acentuando el vinculo dialéctico entre educador y educando y promoviendo un vinculo comunicativo intersubjetivo, en donde el saber se construye y no es un conocimiento fijo que debe ser trasmitido linealmente a los alumnos. Su principal aporte es haber hecho observable el trasfondo ideológico de la escuela tradicional y su carácter dominador y opresivo, descubriéndolo como instrumento de las clases dominantes que instala una cultura hegemónica que privilegia los intereses económicos de clase. Para llevar a cabo la transformación es necesario conocer el presente, es decir, la realidad no solo pedagógica, por cuanto esta está sumergida en un contexto donde nada deja de ejercer influencia en ella; economía, política, cultura, etc., son los dominios de los que se nutre, condicionándola y condicionándolas en una relación dialéctica que es imprescindible analizar para que, a partir de ella se lleve a cabo un cambio en la estructura total de la sociedad. Lo que se pretende lograr es un cambio de actitud, fomentar la participación y el desarrollo del hombre en todos sus aspectos; dejando ya de lado, como perteneciente a la historia, la opresión, la dominación y la pasividad. El aspecto revolucionario de la educación está dado por su poder generador de conciencia, medio con el cual se produce una ascensión del hombre desde su primer estrato de conciencia mágica hacia una posterior, la conciencia critica, donde su característica fundamental es el compromiso y la participación activa en la realidad social para transformarla.

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